En la sociedad en la que vivimos, la tecnología ha hecho que el uso de nuestra memoria cambie radicalmente. «Ya no necesitamos recordar los números de teléfonos, las citas o, simplemente, qué tenemos que comprar». Gracias a los móviles, Ipads y demás aparatos tecnológicos que nos acompañan en nuestro día a día, estamos haciendo «un desuso de nuestra cabeza que, aunque no lo parezca, acaba afectando».

Para ejercitar nuestras funciones cerebrales y mejorar nuestra atención, memoria y concentración, desde pequeños a adultos, el gabinete de psicología Séfode ha implantado de manera pionera en la región, y más concretamente en la capital cacereña, el ‘Método Wits’, muy utilizado en EEUU y en la NASA, con el cual «mediante una serie de juegos interactivos, entrenamos las funciones ejecutivas de nuestro cerebro, nuestras capacidades cognitivas», tal y como ha explicado una de las psicólogas del gabinete Noelia Martín.

Ya son 21 los pequeños y más de una quincena de adultos los que acuden 2 veces por semana, durante 30 minutos, a la sede del gabinete para «jugar». Cada uno dispone de un ordenador con su ratón y teclado, frente al cual se sientan, un brazalete, que colocan en su brazo derecho, y unos cascos que les ayuda a aislarse. Ahí comienzan los juegos, 12 en total con 3 niveles de dificultad cada uno.

Mediante los tres sensoresque se encuentran colocados en el interior del brazalete, éste permite saber a tiempo real la concentración y atención que la persona está prestando al juego en concreto y, «si no es la adecuada, el juego se para», concreta Martín.

«Es muy curioso y muy efectivo. Los juegos están ambientados en diferentes lugares. Hay en entornos marinos, en fábricas o en lugares ficticios donde te conviertes en un mago que debe construir un castillo», detalla la psicóloga. Otro de los juegos es una versión del memorama, muy popular, que consiste en emparejar cartas que se encuentran bocabajo, «debes dar un clic sobre la carta y hasta que los sensores no detectan que estás prestando una atención total, la carta no se voltea y puedes continuar».

Los resultados de este método, asegura Martín, son muy efectivos. «Estamos hablando de entre un 36 y un 40% de la mejora de las funciones de atención, concentración y memoria».

«Ayuda a la resolución de problemas, la toma de decisiones, la creatividad, el control de la impulsividad y la mejora de la memoria tanto a largo como a corto plazo», detalla.

Según añade, desde que empezaron a utilizar el método, para algunos usuarios durante el verano y para el resto desde el mes de septiembre, los padres de los niños les han trasmitido su satisfacción ante la mejora del rendimiento en el colegio. «Los profesores les han comentado el gran cambio que están viendo en sus hijos. No se nota inmediatamente pero a partir del mes se empiezan a ver cambios».

Una ayuda para siempre

Así mismo, la psicóloga destaca que una de las características más importantes de este método Wits, es que no está dirigido para corregir ninguna problemática concreta. «Lo puede usar todo aquel que quiera obtener buenas estrategias para concentrarse y atender». Aunque sí que señala que es especialmente positivo para niños con hiperactividad, déficit de atención, personas con un cargo de alta dirección o adultos mayores de 45 años que empiecen a notar que la memoria les pueda ir fallando por temas de la edad. Además, asegura que es un sistema muy positivo para tratar a personas que están en las primeras fases de enfermedades de pérdida de memoria como el Alzheimer.

Por este motivo, el gabinete Séfode espera poder ampliar su actuación a toda la región y proponer este novedoso sistema para que sea implantado en colegios, como es en el caso de los EEUU, o en centros de día y de mayores.

Así, señala que su implantación tiene una gran acogida entre los usuarios ya que es una ayuda a nuestro cerebro que viene desarrollada mediante el juego. «Para el niño no es un castigo, todo lo contrario». «Hoy en día, tenemos que asumir que nuestros hijos son niños tecnológicos y que, por mucho que nos gustase que jugaran en la calle a los mismos juegos que jugábamos nosotros, debemos ser realista y adaptarnos a los tiempos y la tecnología que, en este caso, nos permite además desarrollar sus capacidades», puntualiza la psicóloga.

El sistema, además, no debe estar aplicándose toda la vida para que mantenga su efectividad. «Se trata de un entrenamiento de 9 meses, en la que se hacen 30 minutos de juegos dos veces por semana. Pero su duración es sostenible en el tiempo, es decir, la persona genera sus propias estrategias y éstas se implantan de por vida. El cerebro automatiza tus respuestas, cuando necesitas esas estrategias, salen a la luz».