El patrón de la parroquia de Mejostilla, San Juan Macías, obró tal milagro con el arroz que aquel 25 de enero del año 1949 comieron generosas raciones todos los niños acogidos por el párroco y un centenar de pobres en Olivenza. Por ello, esta barriada cacereña pretende impulsar una jornada romera que coincida con su fiesta patronal y que gire en torno a la degustación de platos de arroz preparados de forma voluntaria por los asistentes. De momento, y para ir abriendo boca, los vecinos saborearon ayer, fiesta patronal de la parroquia, un exquisito arroz con leche que sirvió de postre a un ágape de convivencia y que ya denominan arroz del santo .

La cita tuvo lugar en el nuevo complejo parroquial, "un espacio adecuado para organizar cada año esta romería y fomentar la convivencia. Ya lo venimos haciendo, pero nos gustaría que cogiera brío, que se reconociera la vida de este santo extremeño que nació pobre, vivió pobre, pero siempre se encargó de los pobres", explicó Antonio de la Huerta, párroco y miembro de la comunidad dominica que trabaja desde hace años en el barrio.

El prodigio del arroz fue reconocido por Roma como uno de los acontecimientos decisivos para elevar al beato extremeño Juan Macías a los altares, y es llamativamente reciente. Ocurrió en la casa de Nazareth de Olivenza, donde el vicario ecónomo de la parroquia tenía acogidos a 50 niños y les daba manutención y formación. Pero hace 59 años, un 25 de enero, la familia que por turno tenía que llevar la comida no lo hizo y solo había 750 gramos de arroz para los niños y los pobres. "¡Ah, Beato Juan Macías, y los pobres sin comida!" , lamentó la cocinera. El arroz comenzó a multiplicarse, rebosó y se llenaron más y más cazuelas durante horas.

La noticia se extendió por el pueblo y muchas personas afirman que constataron el hecho. "Todavía hay testigos que vienen a nuestra fiesta", afirmó el párroco de Mejostilla.