Doscientos republicanos fueron pasados por las armas por los militares franquistas en las Navidades de 1937 en Cáceres en apenas veinte días. Hora es ya de recordar a esas víctimas, como a todas las de la Guerra Civil y la Dictadura, sin que por ello se pretenda reabrir heridas ni interferir en el desarrollo de una España democrática. Cáceres, controlada por las tropas sublevadas desde inicios de la contienda, vio alterada bruscamente su vida cotidiana tras detectarse una supuesta red de espionaje republicano. Su desarticulación originó detenciones de políticos y gente corriente. La maquinaria propagandística franquista justificó las ejecuciones por la existencia de un complot para tomar Cáceres en Navidad. Las investigaciones han desmontado esa versión. El motivo de esa violenta reacción fue el deseo de practicar una implacable represión contra los desafectos.

*Profesor de la Uex.