"El pasado todavía está sucediendo". La frase de William Faulkner, narrador y poeta estadounidense y Premio Nobel de Literatura en 1949, ha inspirado al historiador Manuel Vaz-Romero en su nuevo libro sobre los hijos predilectos y adoptivos de Cáceres, decimoquinto de su trayectoria. En total, 21 personajes de la política, la cultura, el deporte y hasta del régimen de Franco que han recibido del ayuntamiento la máxima distinción de la ciudad. "Me he propuesto que lo pasado no quedé muerto sino reeditar lo que hicieron para que sirva de ejemplo de las nuevas generaciones", explica este doctor en Historia que ya ha repasado en otros libros las biografías de los alcaldes y los presidentes de la diputación.

En el trabajo de investigación de Vaz-Romero, que arranca en 1892 con el nombramiento del general Federico Ezponda como hijo adoptivo de Cáceres, se incluyen otros 14 más con esta distinción, con especial atención al deportista Juan Carlos Holgado, el investigador Carlos Callejo, los profesores Ricardo Senabre y Valeriano Hornero y el médico Benjamín García. El obispo Llopis Iborra tiene un apartado especial.

El resto aparecen en un capítulo aparte dedicado a militares como los generales Saturnino Martín Cerezo, Alfonso Rodríguez Cullel y Gabriel Cebrián Torrent, el ministro José Luis Arrese y los gobernadores civiles Vázquez Ramos, Antonio Rueda y Sánchez Malo, Federico Trillo Figueroa y Valentín Gutiérrez Durán. También se incluyen a seis directores generales de tiempos de Franco como Blas Piñar, Gregorio Marañón, Miguel Angel García Lomas, José Luis Rodríguez, Gratiliano Nieto y Florentino Pérez Embid.

Para toda la vida

El libro, del que se han salido 500 ejemplares en la primera edición costeada por el ayuntamiento cacereño, se divide en dos partes por cada nombramiento. "La primera es para los predilectos por su tierra de nacencia y la segunda, para los adoptivos por su tierra de adopción", asegura Vaz-Romero, nacido en Hervás, que deja claro que los títulos son vitalicios "venga el régimen que venga". Para su estudio, que durado un año, ha acudido a la biblioteca del Complejo Cultural San Francisco, al archivo municipal, la biblioteca pública y la prensa.

De los seis hijos predilectos el autor destaca al doctor León Leal, "un magnífico sociólogo", continúa con los deportistas como Manuel Sánchez Delgado y Javier Sánchez Franco, el artista Enrique Jiménez El Cojo , el maestro Juan Solano y acaba con el humorista Franquete .

Pero uno de los aspectos que más sorprende del trabajo es la ausencia total de mujeres en sus páginas. Ni una sola ha sido nombrada ni hija adoptiva ni predilecta. La explicación del autor es clara: "Se suele pasar por alto por machismo. Hasta hace cuatro días las mujeres estaban en casa, no al frente de un consejo de administración, ni en una dirección general, ni eran jueces ni fiscales, ni llenaban las aulas de las universidades. Se dedicaban a sus labores", y advierte de que "sería una torpeza que no se nombrara a una mujer".

Una cuestión política

Sobre el apoyo popular a los que ostentan el título, Vaz-Romero recalca que el "carácter político siempre ha privado bastante" y añade que los "más populares" han sido los nombrados durante la democracia. Recuerda el caso del jefe de protocolo del alcalde Díaz de Bustamante, cuyo propuesta de nombramiento fue rechazada por un sector del ayuntamiento. "El trámite es una liturgia en el que se trata de analizar los hechos y la realidad de una determinada persona. Lo propone un concejal y el pleno lo discute y lo valora", aclara sobre el procedimiento.

Entre los que mejor han proyectado la imagen de Cáceres sitúa a los deportistas, por detrás de "grandes catedráticos" como Benjamín García o Senabre, aunque no se atreve a apostar por quién será el próximo. Del contenido del libro, memoria viva de los elegidos, dice que "son todos los que están, pero no están todos los que son. No todo el que recibe un premio es el mejor. Hay algunos que, desde la óptica democrática, no podemos tenerles como modelos. Los generales de Franco fueron fieles a sus ideales, pero no para imitarles". La historia seguirá dando nombres predilectos.