Lucio Mendo y Pura eran oriundos de Alburquerque y fueron padres de cuatro hijos: Lucio , Cipriano , Antonio y Pura . Lucio padre y Lucio hijo trabajaban en el campo, en la finca El Zajarrón, donde en 1984 Mario Camus rodó Los santos inocentes . Cuentan que una de las mesas que aparece en la película fue construida por Lucio padre y Lucio hijo con la rueda de un molino en aquellos años donde la agricultura era el sustento de muchas familias en Extremadura.

También en Alburquerque vivían José Samino y Juana Díaz , que igualmente se dedicaban a las tareas agrícolas y que fueron padres de Rosalía , Gabina y Ramón . Rosalía, una de las hijas de la pareja, contrajo matrimonio con Lucio hijo. Para entonces José Samino y Juana ya se había trasladado a Cáceres, ciudad en la que trataban de buscar un futuro mejor. Se fueron a vivir a Mira al Río, trabajaron primero en una finca llamada Belencoso hasta que encontraron un empleo en Hierros Montero, empresa situada en la barriada cacereña de Aldea Moret. Lucio y Rosalía, que ya eran padres de un niño: Lucio , también buscaban un futuro mejor, de modo que siguiendo la estela de los padres de Rosalía, se vinieron igualmente a Cáceres donde también comenzaron a trabajar en Hierros Montero. Ya en la ciudad nacería su segundo hijo: Juanjo .

Hierros Montero estaba situado enfrente del colegio de Proa y del lugar donde se imprimía El Periódico Extremadura. Las cartas que llegaban a aquel taller, cuyo dueño era César Montero , lo hacían al número 1 de la carretera de Badajoz. Era el de Hierros Montero un almacén con una puerta de chapa de esas enormes, cerca del bar ABC y del bar Peyvi. Hierros Montero era una industria más en aquel oasis de Aldea Moret, con su paso a nivel, sus antiguos ascensores de los pozos de las minas y aquel ir y venir de camiones que daban vida a lo que fue el emporio industrial más importante que jamás tuvo esta ciudad.

Dentro del almacén había una habitación con los cuartos de baño de los trabajadores, un cobertizo para los hierros y un gallinero, porque cuentan que aquello había sido utilizado en sus orígenes para la guarda de animales. En el almacén había espacio para los hierros, para hacer esos postes grandes que se utilizaban en las estructuras de los edificios y que luego se cubrían de hormigón. También existía una báscula para pesar y un pilón de cantería con su grifo para sacar el agua.

En la empresa, además de José Samino y Lucio Mendo, trabajaban Evaristo , casado con Gabina (otra de las hijas de Samino), Pablo , Ricardo , Enrique o el señor Miguel , que era una excelente persona y que estaba como administrativo en las oficinas. Los Mendo vivían en una casita anexa a la grúa del almacén. Era un lugar con dos habitaciones, un saloncito y una cocina.

Era la vida en Aldea Moret feliz a rabiar. Por allí vivían Angélica Polo , Oscar y su hermano Richar , José Angel Trejo Crespo , su hermana Pilar , y tantos otros amigos de Juanjo, el hijo menor de la familia Mendo.

La peluquería

En el barrio estaba la peluquería del señor Silva : era una habitación pequeñita, con sus bancos de madera, la silla del peluquero y un mueble con su espejo, algo sencillo pero más que suficiente para practicar el noble oficio de la barbería. El Bar Mónaco era otra de las tradiciones de la barriada, el despacho de pan que llevaba la señora Petra y que estaba por atrás, y el ultramarinos de Santi , que era el lugar donde siempre te fiaban y donde se compraba de todo, hasta la leche en bolsa, generalmente de La Casareña o aquellas bolsas que venían de la central lechera Ilcasa, que estaba en el barrio del Perú, por donde Alcoresa, donde ahora está la jefatura de la policía local.

El señor Ferrera era el encargado de la central lechera: el lugar donde han merendado los niños de todo Cáceres. Porque hasta Ilcasa llegaban muchos de ellos en busca de deliciosos batidos de chocolate: a la izquierda, los camiones, al lado unas escaleras, que los pequeños subían para ver el proceso de fabricación, el modo en que la leche se uperizaba y envasaba en aquellas bolsas de plástico de color blanco y letras azules.

Pero volvamos a Aldea Moret, porque lo de Ilcasa es otra historia. En el barrio estaba el taller de carrocería de los Perianes y más allá tenías El Paso, que era el bar donde solías ir a echar la quiniela: llevabas el boleto y te ponían el sello. La señora Benigna era otro lugar habitual: llamabas, te abría la puerta y en el zaguán tenía Benigna una mesita con todas las golosinas, un placer para la vista y el olfato, una deliciosa amalgama de colores que tú ibas eligiendo hasta completar parte de la paguita de cada domingo.

También estaban la panadería de Alonso y Galán y la tienda de la señora Toñi , que era una mercería donde se vendían telas, camisas, botones y cremalleras. En la plaza de abajo había otro comercio donde los vecinos compraban las botellas de cámping gas azules que llevaban el vaso que se iluminaba y que solían utilizarse para cuando se iba la luz.

El barrio era entonces lo más parecido al pueblo de tus padres. Estaba el consultorio médico, donde don Juan te ponía las inyecciones, que algunos llamaban banderillas, la escuela de los cagones con Toñi como profesora, o la fábrica de cemento. Vivían el señor Basilio , la señora Pepa y muchos más, y cuando ibas a Cáceres lo hacías en autobús, sobre todo si te tocaba ir al médico o cuando llegaba la feria, que estaba en Los Fratres.

Juanjo Mendo acudió al colegio Gabriel y Galán. Al salir de la escuela y hacer los deberes, la calle era tuya: jugabas enfrente de casa, en el trozo de Proa, recorrías de punta a punta el almacén de Hierros Montero o cogías la Orbea o la BH y te sentías el dueño del mundo por el poblado minero.

Los sábados era el momento de ponerse frente al televisor, siempre en blanco y negro: La Bola de Cristal, Barrio Sésamo, Tocata, Marco o Los Caballeros del Zodiaco. Y así iban pasando los años hasta que de pronto habías cumplido los 14 años y tenías que irte al instituto. Juanjo se fue al García Téllez, donde estudió Electrónica. En el centro le dieron clase Miguel Angel Pizarro , Fernando Rebollo o Miguel Angel Pérez y Miguel Toledano , que daban Dibujo. Era el García Téllez un amplio instituto, con sus talleres de automoción, donde Juanjo compartió pupitre con Jesús , José Agustín Muñoz , Antolín Iglesias o Marco Antonio Iglesias .

Al llegar los 90, Hierros Montero se trasladó al polígono de Capellanías y los Mendo se marcharon a vivir a Moctezuma. En 2003 Juanjo conoció a Mari Carmen Batalla Nevado , de Santiago de Alcántara, con la que se casó en 2008.

A Juanjo le gusta mucho ir al pueblo de su mujer porque dice que le recuerda a Aldea Moret: sacar las sillas a la puerta para tomar el fresco en verano, echar una mano en la panadería de su suegra, charlar con los vecinos... Esas pequeñas cosas que desde la infancia te forman como ser humano.

Y entonces es momento de recordar aquellos años inolvidables en tu barrio: las lecciones en el Gabriel y Galán, las banderillas de don Juan el practicante, el comercio de Santi, las primeras quinielas en El Paso y tu incombustible BH recorriendo la mina. ¿Para qué más, si ya eras el dueño del mundo?