Aparcar en Cáceres era ayer misión imposible. El imán del Mercado Medieval de las Tres Culturas hizo su efecto y una avalancha de ciudadanos y visitantes de otros municipios se adueñó del casco viejo y del recinto intramuros. Era previsible. Era el día grande. En Santa María, en San Jorge, en San Mateo o en Pizarro olía a garrapiñadas, a jabones caseros, a esencias, a especias y sobre todo a un sinfín de delicias culinarias, tan tentadoras que a ciertas horas parecía una auténtica hazaña encontrar un solo asiento en las tabernas callejeras.

Y es que el programa ha reforzado este año su oferta gastronómica. Hoy habrá una degustación gratuita y abierta a todos de platos judíos, árabes y cristianos en la plaza Mayor, desde las 14.00 horas. De hecho, el mercado cumple con las normas de marketing más infalibles: bueno, bonito y barato. Por cinco euros es posible comer una ración de paella, una patata asada completa, un bocadillo gigante o un kebab XXL. Por un poco más hay raciones de todo tipo que quitan el hipo.

Los niños también tienen la diversión asegurada entre el Foro de los Balbos y las Piñuelas, con la noria, la barca, el campamento de tiro con arco y los torneos de caballeros. Todo ello junto a la plaza de Caldereros, donde las rapaces vuelven a ser las más admiradas de la edición.

«a tope» / «El mercado está a tope», indicó ayer Pablo Llorente, gerente de la organización, que este año ha reforzado el programa con muchas más actividades y una ambientación lograda. Ayer, durante doce horas, se sucedieron representaciones teatrales, música, danza, torneos, pasacalles, juegos infantiles y competiciones varias. Los 155 puestos estaban muy animados y el sol ayudó a rebajar los primeros fríos del otoño.

«Llevo ocho años en las ferias medievales con bisutería y artesanía textil de Tailandia y La India. Cáceres es un buen mercado para la venta, dadas las fechas. A estas alturas ya tenemos la temporada prácticamente cerrada», explicó Fernando Sagastegui, de Madrid.

Abddeltai Kourtam ofrece en la calle Pizarro la cerámica marroquí tan típica de Safi. Su puesto, por primera vez en Cáceres, ocupa largos metros con creaciones muy variadas. «Ya he llamado a mi hija y le he dicho que tiene que venir a conocer esta ciudad. Es antigua y moderna a la vez, me ha encantado», afirmó ayer, mientras despacha ensaladeras, cuencos o jarrones desde 1,50 hasta 25 euros.

A su lado, ya en Pizarro, José Luis García, procedente de Andalucía, también parecía satisfecho vendiendo cosmética natural «sin perfumes, parabenos, corticoides ni cortisona, basada en los principios de la raíz del traidor, que regenera la piel, cicatriza heridas y renuevas las células», detalló diligente. Más allá, puestos de hierbas, orfebrería, tejidos o cuero.

El mercado llegará hoy a su última jornada con todos los puestos abiertos desde las 11.00. Será otro día de actividades maratonianas con la novedad de la degustación de gastronomía de las tres culturas (14.00) y los concursos de pintura infantil y disfraces (12.30) en la plaza Mayor.