Ya puede ir a comprar al mercado medieval. Sus 130 tenderetes, diez de ellos de talleres de oficio, levantaron ayer sus cortinajes para recrear aquellos zocos de hace quinientos años y devolver la "alegría y el dinamismo" a la plaza Mayor y su entorno, en palabras de la propia alcaldesa, Carmen Heras, que visitó ayer junto a otros miembros de la corporación municipal las instalaciones.

Un espectáculo de fuego y espadas escenificado por el colectivo de caballeros de Los Frates de Cáceres, que dirimieron con los sables la entrega de unas tierras a un bufón jorobado, supuso el punto de inicio para esta actividad que año a año se consolida en el calendario de fiestas populares de otoño.

Aunque no es original de Cáceres --este mercado en cuestión viaja por toda España allá donde sea contratado, sobre todo en la zona de Levante-- cumple un objetivo básico y elogiable, como es recuperar la "inhabitual" animación en la plaza Mayor y la ciudad monumental, incapaz por sí sola de atraer a los cacereños. Nada más abrirse los puestos, ya era visible un trasiego más voluminoso del habitual en la ruta que conduce al mercado. Se espera que hasta el domingo pasen por él unas 100.000 personas.

La alcaldesa recordó ayer que el presupuesto es el mismo que el año pasado (12.000 euros), con menos puestos (35 menos) aunque ubicados de forma más estratégica entre la plaza Mayor y la zona intramuros y jugando con las tres culturas que en la época convivían en Cáceres: la cristiana, la hebrea y la árabe. Además, se ha diseñado un amplio programa de actividades y espectáculos sobre todo para los niños.