El mercado de abastos de la Ronda del Carmen tuvo, como cualquier negocio, un duro comienzo. Captar clientes nunca es fácil, más si se hace sin calefacción en invierno y aire acondicionado en verano. Sin embargo, el presente no tiene nada que ver con el pasado y aquellas deficiencias están hoy subsanadas.

En diez años, los vendedores han conseguido que por el mercado pasen de 400 personas a la semana, en sus inicios, a 6.000 o 7.000 semanales, actualmente. "En los últimos cuatro años, el crecimiento ha sido espectacular. Tenemos precios competitivos y trato familiar", asegura José Luis Gómez, de la pescadería Amagosal.

Pese a ello, el mercado aspira a crecer. "Ahora que hemos consolidado una clientela, tenemos que ir a más", explica José Lancho, carnicero. Los asentadores no se quejan y el que más y el que menos está satisfecho, tanto con las instalaciones como con el volumen de negocio, pero "todo se puede mejorar", apunta Lancho.

La planta superior

Sus reivindicaciones son básicamente dos: acelerar el proceso de adjudicación de los puestos vacíos --actualmente hay seis vacantes y se ha concedido uno-- y ocupar la planta superior con alguna superficie comercial complementaria. A ello, le suman algunas peticiones menores, como la inclusión del mercado en la señalización informativa de tráfico para que se sepa cómo llegar hasta él, la modernización de la imagen, un buzón de sugerencias, una puerta de entrada lateral o la adquisición de carros para los clientes.

La semana pasada el PSOE invitó a los asentadores a una reunión para evaluar las necesidades del mercado. Después del encuentro, el grupo municipal socialista demandó al equipo de gobierno medidas para impulsar el recinto. El concejal de Mercados, Javier Castellano, que visitó ayer las instalaciones, aseguró que la revitalización del mercado es un hecho y, además de la mejora en la limpieza y mantenimiento del edificio realizada recientemente, reiteró el anuncio --ya lo hizo en enero de este año-- de que se está estudiando ocupar la planta superior con ferias agroalimentarias.

Los comerciantes, 14 en la actualidad, no quieren "politizar" la situación del mercado, afirma José Luis Gómez. "Si pudiéramos mejorar algunos servicios y ocupar la segunda planta, vendría más gente, que es lo único que nosotros queremos", insiste este pescadero.

Precisamente la apertura de esta segunda planta, actualmente desierta, es una cuestión que lleva estancada desde prácticamente la inauguración del mercado. El ayuntamiento y la firma comercial cacereña Tambo iniciaron conversaciones hace años para su posible implantación en este espacio, pero al final no fructificaron y nunca más se supo del tema.

Los asentadores están convencidos de que la creación de una amplia superficie comercial complementaria sería decisiva para consolidar el mercado. Tienen de referencia el mercadillo de ropa que se instala todos los jueves en la explanada principal.

Este pequeño mercadillo franco sirve de acicate para atraer a más clientela --ese fue el objetivo de su instauración-- y de hecho lo hace: el jueves es el día de mayor volumen de negocio de la semana. Y eso es lo que buscan los vendedores, que todos los días sean jueves.