Si quieres que algo no funcione, crea una comisión. Es una afirmación que se cumple y es el riesgo al que se enfrenta el consejo sectorial del ruido, cuyas normas de funcionamiento se publicaron ayer y que son válidas tras no presentarse ninguna reclamación durante el tiempo que han estado expuestas tras su aprobación por el pleno de la corporación local en el mes de diciembre.

El consejo sectorial es un órgano consultivo, sus decisiones no son vinculantes, y sienta en una misma mesa a todos los sectores implicados en un problema como el ruido. Son miembros del mismo un representante vecinal y de los empresarios de las dos zonas con mayor concentración de establecimientos y locales de ocio: la Madrila y Pizarro-Ciudad Monumental.

Un precedente en esta legislatura es la mesa del transporte, órgano de participación del que han salido los cambios en el autobús urbanos, pero cuya efectividad se ve mermada cuando hay que tocar la tarifa porque debe autorizarlo la Comisión Regional de Precios de la Junta, que se reúne dos veces al año. Los cambios en el autobús que se aprobaron en septiembre de 2016 no entraron en vigor hasta julio de 2017.

FUNCIONES / Las funciones del consejo vienen definidas en las normas sectoriales. Destaca la de formular propuestas al ayuntamiento sobre soluciones o alternativas a los problemas que puedan plantearse en materias relacionadas con el ruido. Es un órgano para asesorar a la corporación local, aunque el ayuntamiento no tiene todas las competencias. La regulación de los horarios de apertura y cierre depende de la administración autonómica. El municipio es competente en materia urbanística, aunque determinadas modificaciones del planeamiento pueden necesitar la autorización de la Junta, y en la protección del medio ambiente en materia de ruidos y vibraciones.

En el consejo, además de representantes de los empresarios de hostelería y de los vecinos, también participan políticos del ayuntamiento y de la Junta, técnicos y miembros de las fuerzas del orden. La presidencia del consejo la ostentará la alcaldía y la vicepresidencia el concejal delegado de Policía Local y Seguridad Vial. Sus sesiones serán ordinarias, extraordinarias o urgentes.

La Madrila es el barrio que más ha soportado los ruidos de los establecimientos de ocio. Se da la circunstancia de que es el barrio que porcentualmente tiene más residentes mayores de 65 años. Tiene 1.624 habitantes y su cifra de población no ha variado sustancialmente en los últimos años. El porcentaje de habitantes mayores de 65 años es del 37,4%, con 419 residentes. En las zonas de Santa Clara y San Juan, dentro de las que están los establecimientos de ocio de Pizarro, residen 1.907 vecinos, aquí sí se ha producido un descenso en la cifra de habitantes, ya que hace tres años sumaban 2.223 residentes en el padrón municipal.