El bloque 11 de la calle Lucas Burgos Capdevielle, en el barrio de la Esperanza de Aldea Moret, parece un edificio fantasma a mediodía. "No pongas cómo me llamo porque ya me han roto los pilotos del coche", dice preocupado un vecino que acompaña a este diario a visitar el inmueble, sin querer señalar a los responsables.

La primera imagen del abandono y el deterioro de este edificio de promoción pública queda patente en su portero automático. Está totalmente quemado, aunque el cristal roto de la puerta permite abrirla desde el exterior. "Antes vivíamos aquí 28 vecinos y ahora sólo quedamos 10", recuerda uno de los residentes mientras señala las paredes de la escalera. Hay grandes boquetes abiertos en cada rellano, como si hubieran golpeado con fuerza en los muros hasta descubrir las capas de aislante amarillas.

Las ventanas de aluminio han desaparecido y se han puesto rejas para evitar la entrada a los patios: "A mi vecino le han robado y a mí me intentaron forzar la puerta", asegura un vecino quien añade que han pedido ayuda a las instituciones sin que les hayan hecho caso. "Llevo aquí ocho años. Pagaba 2.800 pesetas, pero desde hace seis años dejé de hacerlo porque no nos atendían", afirma.

En el edificio hay puertas tapiadas para evitar que se ocupen los pisos y los buzones están destrozados, un ejemplo paralelo al ánimo de una vecina: "Le he mandado las fotografías de cómo está el bloque a Zapatero para ver si nos ayuda". La pregunta es cuándo.