El mismo día en que los mineros celebran Santa Bárbara el cura de Aldea Moret destapa en esta entrevista su lado más obrero para reivindicar la memoria histórica de un barrio que clama por recuperar su dignidad.

--¿Dios está en Aldea Moret?

--Por supuesto. Jesucristo nos enseñó que Dios opta de manera preferencial por los más pobres. La concentración de pobreza que existe en Aldea Moret es lo suficientemente grande para decir que es un barrio privilegiado por parte de Dios.

--Pues a mí me cuesta trabajo creer que Dios está en los fumaderos del bloque C, en el rellano donde se trafica con droga en presencia de niños que apenas van a la escuela...

--Es que es ahí donde de manera especial está Dios, donde las situaciones de la vida son más duras, donde la gente vive en un mayor desamparo, donde tienen menos posibilidades para desarrollarse como seres humanos. Lo que pasa es que Dios quiere que seamos nosotros los que restablezcamos la justicia: su esperanza la pone en manos de la humanidad.

--¿Pero acaso la gente puede seguir teniendo fe en este escenario de decadencia?

--Realmente lo tienen difícil porque sólo verán la esperanza si hay humanos que los ayuden, si hay instituciones que los protejan. Desde esa óptica pueden tener esperanza, pueden tener fe, si hay personas que están dispuestas a sacrificarse y a trabajar por ellos.

--Vamos, que en Aldea Moret de poco vale la fe si la administración no actúa...

--Claro. Es que la justicia no llueve del cielo. La justicia la tenemos que lograr nosotros porque nosotros hemos provocado la injusticia y esa es tarea no sólo de los voluntarios, de la gente de conciencia, de los creyentes, sino que es tarea de los que asumen cargos públicos: asumen responsabilidad para proteger a toda la ciudad y a todos sus habitantes.

--Aunque a los políticos se les llene la boca diciendo que el Embarcadero y el antiguo poblado minero vertebrarán el nuevo Cáceres del progreso ¿no parece todo eso literatura?

--Creo que sí. Lo que Aldea Moret necesita realmente es que haya un vuelco, espacios públicos a los que la gente tenga que venir, y no la política que estamos viendo de levantar más y más vivienda. Imagínese un Aldea Moret con un centro de Secundaria, con una casa de cultura, con más centros de salud, con una superficie comercial, un hospital, una estación del AVE...

--Lo que pasa es que usted es cura, así que imagino que desde su púlpito debe decir a los marginados que tengan fe...

--Sí, pero que reclamen justicia.

--¿Y en ese momento no se le queda cara de póker?

--Sí. En el póker vas a por la partida cuando tienes las mejores cartas y qué dificil es ganar una partida cuando Aldea Moret tiene las cartas que menos valen de la baraja. Es difícil pedirle a la gente que reclame justicia, que se una para tener una fuerza social viviendo las situaciones que viven de marginalidad y desestructuración.

--¿Pero qué pasó para que el barrio que desde finales del XIX hasta la mitad del siglo XX fue el sustento de la ciudad se haya convertido en el lugar donde más marginalidad y paro existe?

--Posiblemente una cosa: al perderse la gran fuente de puestos de trabajo que existía, la ciudad vio Aldea Moret como un lugar adecuado, de terreno barato, para ir metiendo promociones sociales. Se crearon viviendas de muy bajo coste y el barrio se convirtió en un lugar sin futuro laboral, con muchas dificultades, con una serie de problemas estructurales que al final no tienen sujeto.

--¿Entonces se debería haber reagrupado a la gente de otro modo?

--Sociológicamente se sabe que para que los colectivos mal llamados minoritarios puedan reintegrarse, no pueden estar viviendo en zonas donde se conviertan en colectivos fuertes, porque entonces la integración es muy difícil. Quiere decir que si los realojos se hubiesen hecho de otra manera no estaríamos hablando de este problema. Conozco Aldea Moret antes de los 90, había otro ambiente, se convivía... El ambiente que hay ahora no es el mismo, no ha ido a mejor, y esa es la pena, sino que se ha deteriorado la convivencia mucho más. Y quiere decir que en ese momento la política fue errónea. ¿Cómo solucionar este tema? Es complejo.

--Es decir, que a partir de los 90 la ciudad crece de espaldas al barrio y levanta el muro de la vergüenza...

--Es un muro físico, que está ahí, que lleva muchos años, pero la solución no es derribar el muro sino crear infraestructuras. Desde que se cierran las minas, desde que se pierde el poder económico de Aldea Moret como gran empresa de la ciudad se va cayendo en un deterioro. Si cuando cerraron las minas hubiese habido una reconversión industrial estaríamos hablando de otro Aldea Moret. ¿Pero qué pasó?, que se cerró la mina y se dejó caer.

--Usted dice que hay que recuperar la memoria histórica de Aldea Moret, ¿qué quiere decir?

--Hay que recuperar la memoria histórica para no perder de vista que no siempre las cosas fueron igual. El pasado siempre nos va a enseñar y en Aldea Moret lo que hubo fue gente que con su esfuerzo, con su trabajo, con su dedicación y con su vida, con la silicosis, han pagado el futuro de este barrio. La memoria de estas personas que entregaron su vida en la mina, que murieron en la mina, necesita que el barrio que ellos levantaron no esté en la situación que está y tenga la dignidad que tiene que tener.

--Y hoy Aldea Moret celebra Santa Bárbara...

--Sí, hay una misa, una ofrenda floral, Eugenio Cantero está haciendo un gran esfuerzo porque haya un festival de las minas, con lo cual también es recuperar memoria histórica. Además, tanto personas particulares como asociaciones vecinales, sociales... están intentando recuperar la festividad.

--A veces habla como un cura en una misa y otras como un cura obrero, a mí me gusta más su lado obrero...

--Yo no lo vivo con duplicidad sino con integración. En Aldea Moret olvidar la realidad obrera sería un contrasentido. Jesús de Nazaret fue un obrero que trabajó más de 30 años como peón. Nos da dignidad a todos los trabajadores del mundo.

--¿Qué es la capitalidad?

--Ojalá con ella ganemos en cultura, desarrollo y justicia. Por cierto, en Aldea Moret todavía tenemos que seguir alfabetizando.

--Y dígame ¿conseguirá la Virgen de los mineros liberar al barrio martirizado?

--Todos los santos y santas de Dios nos ayudan a tomar conciencia, la liberación es tarea de los hombres, de las estructuras y de las instituciones.