Los atascos se suceden. Un grupo de manifestantes ocupa una céntrica calle. Un vehículo queda atrapado en una zanja. ¿Y la policía dónde ésta? Nadie les ve, pero ellos están presentes y acuden con rapidez. Las nuevas técnicas permiten a los agentes de la Policía Local controlar y vigilar la ciudad sin necesidad de estar presentes.

Lo hacen desde los centros de control del tráfico y de comunicaciones de la Jefatura.

Desde el primero, que empezó a funcionar hace unos dos años, se regula el tráfico y se controlan todos los problemas que pueden originarse en distintos puntos de la ciudad y al mismo tiempo, por coches mal aparcados, accidentes...

Dispone de seis pantallas a través de las cuales se controla y cambia, según la necesidad, toda la red semafórica. Las cámaras se sitúan en zonas estratégicas, las de mayor conflictividad circulatoria.

A este centro de control de tráfico, ojos técnicos de la policía, se sumó en enero pasado el centro de comunicaciones, nuevos ojos y, en este caso, también oídos técnicos al servicio policial. En él están centralizadas todas las llamadas, pudiendo dar rápida respuesta a cualquier emergencia o consulta; y se disponen las cámaras de vigilancia de los edificios públicos y de los nuevos accesos (bolardos) a la zona monumental.