Las personas necesitan estar acompañadas, anular el sentimiento de soledad, y los animales se han convertido en una gran ayuda para muchas de ellas, dentro de una sociedad donde los hogares unipersonales no paran de crecer, y donde muchas parejas no encuentran el tiempo ni el dinero para planificar la llegada de un bebé. Son algunas de las principales razones de este ‘boom’ de las mascotas que también se vive en Cáceres. «Los perros te dan una compañía muy grata, entrañan menos responsabilidades que un hijo, menos angustia y menos preocupaciones», explica Miguel Ángel Cordero de Toledo, psicólogo cacereño especialista en terapia individual y de pareja, y experto en coaching y mindfulness.

«La sociedad está viviendo un proceso de individualización del ser humano obligado por la precariedad laboral y el cambio de costumbres. Las personas necesitan recompensas rápidas. Es más fácil completar tu vida con un animal que el largo proceso de formar una familia», subraya el psicólogo. Para la tercera edad, el calor de la compañía de un animal es prácticamente una terapia: «les obliga a salir, a pasear, a conversar... se sienten escuchados por su perro, se crea una relación de auténtico amor entre ellos y las mascotas», afirma.

En cuanto a los millenials (nacidos entre 1980 y el año 2000), se han convertido en la generación que tiene mayor número de mascotas en el mundo desarrollado. «Son los más desahuciados, con serias dificultades para trabajar, comprar una casa, formar una familia... Tienen además sentimientos universales, altos valores sociales y éticos, están muy formados, y satisfacen en parte esas inquietudes atendiendo a un animal», explica el profesional.

Los millenials prefieren adoptar un perro que comprarlo, presumen de sus cuidados y, salvando las distancias, los consideran como una preparación a los hijos que tendrán algún día.