Algunos pensaban que Heras dejaría el grupo municipal socialista para dejar muy alta su honorabilidad o acaso por orgullo. Sin embargo, han primado su compromiso con los electores y su responsabilidad ante el partido. La decisión, en la que habrán influido personas y personalidades, soluciona un problema pero origina otro. Si hubiera decidido abandonar la concejalía, le habrían seguido otros concejales, dejando la imagen del PSOE cacereño por los suelos y el grupo municipal con un futuro difícil de adivinar.

Ahora bien, entre las razones que fundamentaron la presentación de otra candidatura, y a la postre su derrota, figuraba no sólo la situación de la agrupación sino el desacuerdo con la manera de llevar la política municipal. Parece pues que los nuevos responsables intentarán atarlo todo. ¿Se plegarán Heras y sus fieles a sus decisiones? ¿Cederá el comité?

Lo que está claro es que las relaciones entre las actuales secretaria y portavoz municipal han sido desde hace tiempo cualquier cosa excepto francas y fluidas.

Aún es pronto para saber si las cosas han cambiado, si bien no es aventurado suponer que están peor a juzgar por algunas reacciones habidas tras las votaciones. Y además tienen pendiente un tema trascendental ¿Quién será la candidata a la alcaldía? He oído por ahí una canción que dice que se puede llegar a un acuerdo por el que una sería secretaria y la otra candidata. Qué bonitas son las milongas. ¿Alguien puede pensar que se han dado los pasos que se han dado y se ha arriesgado lo que se ha arriesgado para regalar la candidatura al enemigo?.