El decano del Colegio Provincial de Procuradores de Cáceres, Antonio Roncero Aguila, recibió ayer la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort con la que el Ministerio de Justicia, en concesión aprobada en junio del 2005, le reconoce su labor.

La imposición de la distinción la llevó a efecto el presidente del Consejo General de Procuradores de los Tribunales de España, Juan Carlos Estévez, que calificó a los procuradores de "pilares del Estado de Derecho", porque permiten, dijo, que el ciudadano trate "de tú a tú" con el Estado. Por su parte, el presidente en funciones del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, Wenceslao Olea, que presidió el acto, declaró que "el reconocimiento al procurador "debe hacerse en voz alta, porque aporta el matiz más humano de la Administración de Justicia".

Antonio Roncero Aguila nació hace 46 años en Valencia de Alcántara y cursó los estudios de Derecho en la Universidad de Extremadura. Se incorporó al Colegio de Procuradores en 1986 y en 1999 fue elegido decano, para ser reelegido en el 2003.

FIESTA DE LOS LETRADOS También los abogados cacereños estuvieron ayer de fiesta. Celebraron a Nuestra Señora de la Anunciación, patrona del Colegio Provincial de Abogados. El acto central, tras la Misa celebrada a las 12.00 horas en Santo Domingo, fue la entrega de los diplomas acreditativos del ejercicio ininterrumpido de la profesión durante 50 años a Silvestre Domínguez, y durante 25 años a Juan Eloy Fernández, Andrés Roco, Francisco Pérez, Saturnino de la Hera y José Arcadio Arroyo. Estos mostraron su satisfacción por el reconocimiento que les ofrecieron sus compañeros.

También tuvo lugar la entrega, por parte de Miguel Martín Jiménez de Muñana, colegiado no ejerciente del Colegio de Abogados de Cáceres, de su tesis doctoral, hecho éste que agradeció el decano del Colegio, Joaquín Hergueta, "por la trascendencia que la misma tiene en el estudio de la vida colegial".