Tras embarcarse en la aventura de un nuevo festival el verano pasado con la empresa Enarmónicos, Moisés Baranda, también bajista en varios grupos, tiene claro que "los festivales dan trabajo a las empresas creando puestos indirectos y son una alternativa a los conciertos en salas, aunque si se hacen demasiados pueden perder interés". Baranda reflexiona también sobre el número de certámenes al año y asegura que no le parece que sea excesivo "porque hay público suficiente para que haya uno cada mes", aunque recuerda la necesidad de salas que programen a diario.