Al lado de la caseta de El Maño, que vendía vino dulce, existía otra caseta que se hizo famosa porque dentro, en el mostrador, había un mono atado a una cadena. De tantas veces que los muchachos iban a acariciar al mono, el animal se hizo rebelde, tan rebelde que a las caricias respondía con mordiscos o manotazos, según le viniera en gana. Vamos, que el mono tenía un poquino de mala leche.

Esa caseta estaba enfrente del almacén de grano de los Muriel, a quienes se les conocía como los Siriri. Su propietario era Gabino Muriel (el abuelo), cuyo testamento verbal decía que todos los hijos y todos los nietos primogénitos de su familia tendrían que llamarse Gabino y todas las hijas y nietas primogénitas habrían de llamarse Vicenta, haciendo honor así a la memoria de sus antepasados. El almacén estaba a continuación de los Blázquez en la avenida de Portugal, en lo que hoy se conoce como Los Fratres, un terreno que durante años sirvió de espacio para la feria, después de El Rodeo y antes del campo de aviación (su actual ubicación).

Los orígenes de la Feria de Mayo hay que buscarlos en el Fuero de Cáceres, donde ya se habla de las transacciones comerciales, aunque no es realmente hasta mediados del siglo XIX cuando los grandes ganaderos afincados en la ciudad abogan por instaurar una feria ganadera acorde con la importancia de una capital de provincia como era Cáceres. La primera Feria de Mayo se celebra en 1896, siendo alcalde Nicolás Carvajal Cabrero tras múltiples reuniones previas que el ayuntamiento mantiene con ganaderos y propietarios de la Sociedad General de Fosfatos que explotaban las minas de Aldea Moret.

1896 fue un año muy importante para la ciudad: inauguró la luz eléctrica, el Paseo de Cánovas y la Feria de Mayo. Cáceres nunca tuvo especial fe por San Fernando y nunca le levantó ermita o capilla; realmente la fecha de la feria la eligieron los ganaderos y solo el azar y no una tradición religiosa quiso hacerla coincidir en el calendario con San Fernando. El Rodeo fue su primera ubicación.

Desde entonces hasta hoy la feria siempre ha dado cobijo al vino, la cerveza, los algodones y los pirulines. Bueno, a todo eso ha dado cobijo y también al Tacatá, un cacereño que se hizo célebre por su carrito de helados con sus garrafas de corcho y su tapadera de níquel. El Tacatá era bajito, vivía por Aguas Vivas y era el Monte Bianco de los años 40. Siempre se le veía por la feria, prensaba el hielo, le ponía un palo y luego lo rociaba con sabores de menta, canela, naranja o limón.

Muy pronto la feria tendría eco en Cáceres. El Teatro Principal y el Variedades programaban elencos de gran categoría y desde 1846 la plaza de toros trae carteles de postín. Uno de los más importantes fue el de 1943. Toreaban Manolete, Arruza (un mexicano que banderilleaba muy bien) y Morenito de Talavera. Esa fue una feria que movió mucho dinero porque coincidió con la llegada a la provincia de alemanes que buscaban wolfram, así que en los tendidos se veían por puñados a quienes encendían cigarrillos con billetes de 1.000 pesetas.

Taurino

Y es que Cáceres siempre fue muy taurino. Buena muestra de ello es Luis Alviz, nacido en la calle Damas en 1932. Su padre, Joaquín, fue conductor de automóvil con el marqués de Castronuevo, que tenía el palacio en San Mateo y la finca en la Arguijuela. Como Luis no pudo estudiar empezó a trabajar en la panadería de los Hermanos García, que estaba en la calle Parras. Era una panadería muy grande en la que surtían a minoristas. El sueldo de Luis eran dos panes al día.

Luis también trabajó en el Horno de San Fernando, que llevaban Fernando López y Estila y que estaba en el Monte de Piedad de Santa María. Pero a Luis le tiraban mucho los toros así que se escapó dos veces del horno para irse a las capeas y tentaderos y al volver Fernando ya no lo quería admitir.

Alviz mató su primer becerro el 13 de junio de 1949 en Valverde del Fresno, con Pepe El Mirabeleño, padre de Juan Mora. El 15 de agosto de 1965 tomó la alternativa. Ha toreado con Luis Segura, con Pepe Osuna, El Cordobés, Diego Puerta..., ha hecho las Américas y hasta se ha encerrado con seis toros. En 1970 se retiró y en el 75 hizo una aparición con una corrida mixta con Morenito de Cáceres y Sánchez Cáceres. Hoy tiene 12 cornadas.

Alviz, Manolete, Paquirri, Curro Romero... todos pasearon su capote por esta feria que empieza mañana y que hoy sigue enamorando a todo Cáceres, aunque no estén ni el mono ni El Tacatá.