La tenca, frita y bañada en oro, fue la protagonista ayer en Monroy. Alrededor de 400 kilos de este pescado se repartieron en la localidad cacereña con motivo de la XXI Fiesta de la Tenca.

"Hoy el pueblo me recuerda al de hace años, cuando aún vivía mucha gente aquí", relató Montse Marín, una vecina de Monroy.

Teófila Carretero, que ha venido desde Aliseda exclusivamente para disfrutar de la jornada, es una de las "1.200 personas de fuera de la localidad" que han viajado hasta esta villa romana para aprovecharse del programa festivo, según las estimaciones del alcalde de Monroy, Telesforo Jiménez. "Ha sido un día intensísimo y con una gran afluencia de público, a pesar del calor", concretó Jiménez.

Durante esta fiesta, declarada de interés turístico gastronómico, se pudo disfrutar de varias actividades culturales, como una ruta de turismo por la naturaleza, paseos en piraguas y un mercado de productos artesanales.

La mayoría de las actuaciones, como la de la compañía teatral Samarkanda, que representó El Dios del Fuego, se llevaron a cabo en la plaza de España de la localidad. En concreto, los bailes y cantos regionales del grupo de folklore Recordanzas congregaron a más de un centenar de espectadores. Pero el peso del programa lo llevó la degustación de tencas, sobre las que giran el resto de actividades.

Pablo Bravo, gerente de la empresa que se encargó de la elaboración y venta de este pescado frito, estimó que "no ha habido tanta gente como en otros años", y lo achacó "no tanto a la crisis, sino a que es un pueblo más pequeño", comparado con otros en donde anteriormente se ha celebrado esta fiesta.

La entrega de las Tencas de Oro corrió a cargo del actor extremeño Santi Senso, el cual otorgó en nombre de la mancomunidad Tajo-Salor y la Diputación de Cáceres dos galardones: al intérprete cacereño Alberto Amarilla, quien ha actuado a las órdenes de directores como Alejandro Amenábar o Fernando León; y al Consorcio Cáceres 2016, que trabaja para que esta ciudad consiga la capitalidad europea de la cultura.

La alcaldesa de Cáceres se trasladó hasta Monroy para recoger la distinción, y en declaraciones a El Periódico Extremadura expresó que este reconocimiento significa "un buen regalo y una forma de agradecer el trabajo que está realizando el consorcio". Heras se mostró "muy agradecida", y también echó en falta algo de afluencia de público.

Alberto Amarilla, asediado por cacereñas ataviadas con el traje típico de la región, declaró que este premio para él "es como un abrazo que te da tu familia en el corazón", una forma de aliento para su trabajo.