Para convocatorias en esta sección:

Fax: 927 620 626. E-mail: epextremaduraelperiódico.com

Hay manjares que no están incluidos en ninguna guía del gourmet y sólo pueden encontrarse en las barriadas. Maxi, el maestro palas de la plaza de Italia, se levantó ayer a las siete y se metió unos churros con café y un aguardiente entre pecho y espalda para preparar su mejor plato: migas extremeñas. Charo, una abuela de San Blas, se puso el delantal a la misma hora dispuesta a comenzar la matanza y a elaborar sus deliciosos treinta kilos de morcillas.

Cuatro barriadas celebraron ayer la llegada de la Navidad con festines suculentos: Extremadura (Pinilla), San Marquino, Antonio Canales (plaza de Italia) y San Blas. Aquí los trabajos comenzaron al amanecer con la matanza de dos cerdos de 110 kilos. Cientos de personas acudieron para degustar la carne, las berzas, siete arrobas de vino de pitarra y por supuesto las morcillas de Charo Gallego, que reveló sus secretos: "Llevan sangre, cebolla que ha pasado una noche al sereno en un saco con sal, pimiento, hierbabuena y ajo". Tan fácil.

Muy cerca, en Pinilla, el mediodía llevaba olor a parrillada. Un matrimonio, Victoria y Gabino, atendía el fuego. La presidenta, Inmaculada Manzano, servía las raciones acompañada por varios vecinos y preguntaba la edad de los jóvenes antes de ponerles vino. "Que sí hombre, que tengo 18", repetía disgustado un chaval. En la despensa, reservas para todos: 22 kilos de panceta, 12 de chorizo, 22 de chuletas y 12 de sabrosas migas. Más tarde se rebajó con un baile.

En San Marquino, la nueva directiva vecinal estaba exultante con la respuesta del barrio. "Han venido unas 500 personas y han comido de todo: migas, panceta, chorizo, morcilla...", explicó la presidenta, Clara Rodríguez. Los caldos de Almendralejo y la leña traída desde el Valle del Jerte pudieron con el frío y mantuvieron al público charlando en las barras hasta la sobremesa.

Mientras, Máximo dispensaba 60 kilos de migas en la plaza de Italia. "Hay que echar buenos ingredientes y algo fundamental: tener una buena mano que los remueva". El vino, en este caso de Cañamero, acompañó otra imponente parrillada bajo la torre de Peña Redonda. Muchos vecinos ayudaron en las tareas y otros cataban y brindaban con gusto por la nueva Navidad.