"Decir que la poda rejuvenece es falso. Los árboles viven durante años en muchos bosques y nunca se han podado". Miguel Durán, jefe de Parques y Jardines, borra así el mito popular tan extendido de que un buen desmoche alarga el tiempo de vida de la especie. Las sucesivas podas son, en realidad, "heridas abiertas", que van pudriendo los árboles y que en ocasiones obligan a tirarlos.

Miguel Durán define el equipo de podadores como "uno de los mejor preparados de España", tanto en profesionalidad como en materiales que utiliza. El sistema de poda más común es la trepa, resulta el más efectivo y, bien utilizado, es el más seguro. El trabajador, con un método muy parecido a la escalada, se sube al árbol y desde arriba va podando con una motosierra.

Los sistemas de seguridad utilizados para evitar las caídas son arnés, cuerdas y eslingas. Pero además, el podador va provisto de botas de seguridad, pantalones y chaqueta anticortes con fibras (hacen que la motosierra se pare si se clava en la ropa), gafas, casco, guantes y protector auditivo.

Lo usual es que el podador suba hasta la primera horquilla del árbol y de ahí vaya escalando. Provisto de cuerdas y eslingas siempre cuenta con dos puntos de sujeción, que evitarán una caída. Las motosierras también van atadas.