El lector recordará que ya en el año 1980 se quejaban los vecinos, y lo denunciaban ante la policía municipal, de los ruidos de algunos bebedores y establecimientos. Han pasado veintitantos años y la cosa no es que siga igual sino que ha empeorado. Por medio hemos tenido muchas promesas, buenas intenciones y diálogos, alguna amenaza y denuncias judiciales.

No sé si existirá alguna actividad que haya dado lugar a mas legislación. Hay leyes estatales, autonómicas y locales. O bien estaban mal redactadas, eran imposibles de cumplir, insuficientes o no ha existido voluntad política para cumplirlas. Por si fuera poco, lo que se presentaba como solución han sido chapuzas. Ahí tenemos la concesión de la pista del hípico, que resulta que no era una concesión, que la aprueba un órgano que no es el adecuado según dicen algunos hosteleros y que, aparte de la buena voluntad e incluso la ignorancia del concejal de turno, ha suscitado más problemas de los que ha resuelto.

De momento los órganos judiciales no encuentran la "absoluta transparencia" en la concesión de la que habla el portavoz municipal. Peor es el espectáculo que nos han dado con la carpa del jueves. Se anuncia que habrá carpa en el hípico y al final no hay carpa. Según dice el edil no se concedió ningún permiso para instalar una carpa. ¿Por qué no lo publicaron los días anteriores? Luego resulta que se inspecciona la carpa que se pretende instalar. ¿Pero no habíamos quedado en que no tenían permiso para instalarla? No parece explicable que unas personas que no identifica pidan permiso para reunirse en el hípico, sin carpa alguna, cuando a tres metros tienen todo el terreno del mundo para hacerlo sin necesidad de solicitar ningún permiso. Pero como esto es un lío, vete tu a saber.