A pocos metros del final de la calle Caleros, en el cruce con Mira al Río, una estupenda zona verde a los pies de la muralla sirve como lugar para los botellones del fin de semana. Al menos eso aseguran los vecinos que viven cerca y que han sido multados de madrugada por estacionar sus coches sobre el pavimento de Caleros. "No se entiende que la policía no pase durante el fin de semana y sí lo haga a las dos de madrugada para multarnos. Han reventado espejos retrovisores, roto antena y tirado papeleras", afirman, indignados por que tampoco nadie les haya avisado de que les iban a caer otra vez las sanciones de 200 euros.

No hace falta ser muy observador para darse cuenta de que el perímetro de la zona baja de la muralla, el que mira al santuario de la Montaña, apenas ha cambiado en las facilidaes que hay para dejar el coche en algún lado. Con echar un vistazo a la subida empedrada de Fuente Concejo a Caleros sobra para comprobar que la misión se hace casi imposible por los pivotes que recortan el poco espacio disponible. "Cocheras para todos tampoco hay", dicen los residentes, a los que la promesa de un párking en el solar de Tenerías les suena antigua. "Sí, se habló hace años, pero se quedó en nada", afirman.

Como una zona azul

Y es que la asignatura pendiente de construir aparcamientos en el entorno del casco viejo se ha convertido en un reclamo de los vecinos, que no terminan de ver cuándo llegará de una vez a una zona necesitada al menos de espacios donde los residentes puedan aparcar como si de una zona azul se tratara. "Sería una solución de momento, sin molestar al tránsito del resto de los vehículos que cruzan la parte antigua", reiteran.

Pero, a día de hoy, los avances solo se perciben en la limitación de acceso mediante la instalación de pivotes que impiden entrar en Caleros desde Santiago, a no ser que se disponga de una tarjeta de acceso de residente. Cae la tarde junto a la muralla y en algo más de media hora no se han contabilizado más de media docena de vehículos por Caleros. Vivir en el casco viejo no debería plantear tanto inconveniente.