Muchos cacereños no saben que el término municipal de su ciudad es el más grande de España. En concreto, el territorio de Cáceres tiene 1.750 kilómetros cuadrados, o lo que lo mismo, 175.000 hectáreas aproximadamente. Para que se hagan una idea, la segunda ciudad de la provincia, Plasencia, tiene una superficie de 218 kilómetros cuadrados, es decir, 21.800 hectáreas, o dicho de otra manera, ocho veces menos terreno que la capital cacereña.

Sin embargo, el pasado mes de abril saltó la noticia a los medios de comunicación de que la capital del Jerte iba a ingresar 980.000 euros en su erario público por la saca de corcho de Valcorchero, un enclave considerado paisaje protegido por la Junta de Extremadura y de titularidad municipal de 1.184 hectáreas, fundamentalmente, de alcornoques de buen porte. Casi un millón de euros, una cifra nada desdeñable para un ayuntamiento.

El caso cacereño es muy diferente. Cáceres no tiene una finca municipal como Valcorchero y la mayor parte de su término municipal no es público, sino que está en manos privadas.

Sin embargo, aún quedan algunos reductos de monte de titularidad municipal, al menos, cuatro; aunque pueden ser más, porque el consistorio no tiene un registro como tal de estas propiedades. Precisamente, la sección de Inventario del consistorio trabaja en un catálogo de los recursos del ayuntamiento, que incluiría también, los montes públicos. De los cuatro hasta ahora conocidos, el primero de ellos está en los alrededores de Valdesalor y no es propiamente una zona arbolada, sino de pasto, de escasas dimensiones y que no aporta ningún beneficio al ayuntamiento. El segundo es la finca Arropé, situada pasado el puerto de las Camellas, en la N-630 y que, aunque es de titularidad municipal, su gestión está consorciada con la Junta de Extremadura. Arropé supone la mancha de monte público más grande del ayuntamiento cacereño, con 107 hectáreas aproximadamente. Hasta hace unos años, abundaban los eucaliptos, pero la Junta ha cambiado esta especie alóctona por otras autóctonas y ha hecho una reforestación con encinas y alcornoques.

El tercero de los terrenos municipales se encuentra en la urbanización Sierrilla 2 y tiene 19 hectáreas. Aunque la finca es pequeña, cuenta con algunos alcornoques, alrededor de 50. La saca de su corcho se estimó en 1.970 kilogramos y salieron a subasta pública con un precio de partida de 1.576 euros. En la pugna no se consiguió un valor mucho mayor, 1.611 euros, cuyo contrato se firmó en 2015.

El último de los terrenos considerado como monte público está ubicado en la pedanía de Rincón de Ballesteros. Con 26 hectáreas, divididos en cuatro terrenos, cuanta con unos 175 alcornoques. Como en el caso de Sierrilla 2, el descorche salió a subasta, con un precio de partida de 6.300 euros, y donde pugnaron dos empresas de la zona. Finalmente, la ganadora pagó 6.618 euros por la saca del corcho de Rincón de Ballesteros, hecho que se formalizó en 2015.

Como confirma el responsable de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Cáceres, Miguel Durán, que redactó ambos pliegos de condiciones, la anterior saca de corcho se produjo en 2003 y las condiciones meteorógicas de 2012, nueve años después, cuando correspondía extraerlo de nuevo, desaconsejaron hacerlo a tiempo. Por eso la extracción se pospuso, así como todo el procedimiento administrativo que lleva parejo.

Por lo tanto, a pesar de que Cáceres cuenta con el término municipal más grande de España, sólo ha obtenido como rendimiento por la explotación forestal de su monte público los 1.611 euros de Sierrilla 2 y los 6.618 de Rincón de Ballesteros, en total, 8.229 euros en algo más de diez años. La cifra choca bastante con lo que ingresará Plasencia, casi un millón de euros. Sin embargo, el dato no es de extrañar si se tiene en cuenta que Cáceres sólo puede aprovechar un total de 152 hectáreas, el 0,09 por ciento de su término municipal; mientras que Valcorchero, en Plasencia, cuenta con 1.184 héctareas, el 5,4 por ciento.

Hay otra diferencia más entre los terrenos públicos de la capital placentina y la cacereña. Valcorchero está declarado monte de utilidad pública. Esta distinción supone que, además de ser propiedad de una administración, se les reconoce a estos enclaves un beneficio para la población, tanto ambiental como social, y por ese motivo gozan de protecciones especiales y son inalienables, imprescriptibles e inembargables y nadie, ni siquirea el pleno del ayuntamiento de Plasencia, podría venderlos o dividirlos. En cambio, los terrenos públicos de Cáceres son patrimoniales, es decir, también son del municipio, pero no se les reconoce ninguna utilidad especial, el pleno del ayuntamiento puede venderlos o segregarlos según decida, y no tienen medidas de protección especiales.