El albañil Eduardo G. D., de 52 años, que se precipitó el lunes por la tarde desde un sexto piso en el que trabajaba, murió finalmente horas después de su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres y fue enterrado ayer por la tarde en Arroyo de la Luz, de donde es natural su mujer. El obrero cambiaba la carpintería metálica de una terraza del edificio Lepanto de la avenida Antonio Hurtado cuando se precipitó al vacío.

Este trabajador autónomo es la tercera víctima mortal en accidente laboral de la provincia de Cáceres en lo que va de año, otro obrero de la construcción en Almaraz y el operario de Conyser que se cayó del camión durante las labores de recogida de basura en la capital cacereña. Desde la Federación del Metal y la Construcción de UGT se denunciaba ayer la carencia de medidas y estudios de seguridad en pequeñas obras como en la que trabajaba Eduardo G. "Muchas veces son más costosas que la propia obra", explicó el secretario de la federación, Miguel Angel Rubio.

Aunque la Inspección de Trabajo y el juzgado mantienen abiertas las diligencias, la falta de medidas de seguridad se apuntan como causa del accidente. "Esa obra debería haberse hecho con un andamio hasta el sexto o con grúa y el trabajador debería haber llevado un arné sujeto a un puntal. Aunque el accidente podría haber ocurrido igual, quizás las consecuencias no hubieran sido las mismas", apuntó Rubio.

El dirigente sindical lamentó esta nueva muerte que, según dijo, "ni siquiera aparecerá en las estadísticas por ser un trabajador por cuenta propia".