Continuas denuncias de maltrato contra su compañero y padre de su hija, retiradas de las mismas en al menos dos ocasiones, órdenes judiciales de alejamiento y protección e, incluso, algún ingreso en prisión provisional.

Por todo ello ha estado marcada, al menos entre diciembre del 2008 y febrero del 2009, la convivencia de S. M. y su compañero A. S., al que finalmente el Juzgado de lo Penal ha juzgado y declarado culpable de tres delitos de lesiones, otro de amenazas leves y una falta continuada de vejaciones injustas en la persona de su pareja. Y le condena por ellos a 10 meses de prisión y 71 días de trabajos en beneficio de la comunidad.