Salieron de un bar a las 22.30 horas y él pidió a la víctima que le llevara a casa en su coche, ya que ambos vivían cerca. Ella accedió. Cuando detuvo el vehículo en las proximidades de su casa el acusado la cogió sorpresivamente por el cuello, por la parte de la nuca, y acercó su cabeza a la suya para besarla sin su consentimiento, al tiempo que le decía «venga, vamos a follar». Ella se negó. Consiguió meter el brazo entre los dos y, haciendo presión con el codo, consiguió separarse de él. Acto seguido salió corriendo del vehículo. Como consecuencia de estos hechos la víctima, según ha probado el juzgado y recoge la sentencia, ha precisado tratamiento psicológico y farmacológico. Fue diagnosticada de un cuadro de ansiedad y le ha quedado como secuela «ansiedad reactiva». Los hechos ocurrieron en diciembre del 2017 y el Juzgado de lo Penal Número 2 le condena ahora a pagar una multa de 4.800 euros (20 meses de multa a razón de 8 euros al día) y le prohíbe aproximarse a ella a una distancia inferior a 200 metros durante tres años. Además, según recoge el fallo, deberá indemnizar a la víctima con 12.105 euros por los daños psicológicos causados. La sentencia no es firme y contra ella cabe interponer recurso a la Audiencia Provincial.