Conducir ebrios es lo que tienen en común dos cacereños a los que el Juzgado de lo Penal 2 ha condenado como autores de sendos delitos contra la seguridad del tráfico. En uno de los casos el condenado se quedó dormido al volante en un semáforo, constituyendo un serio peligro para la circulación; mientras que en el otro, además de conducir bajo los efectos del alcohol lo hizo sin tener carnet, ya que se le habían retirado un mes antes por el mismo delito, y encima sufrió un accidente.

Los primeros hechos sucedieron el 2 de diciembre del 2010. Pascual P. P. había conducido bajo los efectos del alcohol desde el Casar hasta la avenida de la Hispanidad de Cáceres donde, "debido a su estado de embriaguez", se quedó dormido al volante. Fue un vecino el que dio aviso a la policía local, cuyos agentes, al apreciar en él signos compatibles con el consumo de alcohol, avisaron al equipo de atestados a fin de que el conductor se sometiera a la prueba de alcoholemia.

Por estos hechos el juez le declara autor de un delito contra la seguridad del tráfico, con riesgo y resultado lesivo, por el que le condena a cuatro meses de prisión, el pago de una multa de 738 euros y la prohibición de conducir cualquier vehículo a motor durante 1 año y 9 meses.

REINCIDENTE Al otro conductor condenado, Manuel B. G. M., le declara autor de dos delitos, conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y conducción tras haber sido privado del permiso por decisión judicial, ambos con la circunstancia agravante de reincidencia, así como de una falta de respeto y consideración debida a la autoridad. Y le impone una pena de 180 días de trabajos en beneficio de la comunidad, dos años y medio de privación del derecho a conducir cualquier vehículo a motor y 60 euros de multa, teniendo además que pagar 3.200 euros de indemnización por los daños causados en el accidente que sufrió.

Ocurrió el 7 de noviembre del año pasado. Sobre las 05.45 horas de dicho día Manuel B. G., al que apenas un mes antes le habían retirado el carnet por conducir ebrio, circulaba por la avenida Antonio Hurtado cuando, debido a su estado de embriaguez, colisionó con un vehículo que se encontraba estacionado. Además, al llegar el equipo de atestado de la policía local profirió hacia los agentes expresiones como "mierdas, recaudadores, cobardes", y ya en el furgón, al que había "entrado a gatas debido al estado en que se encontraba", se negó a practicar la prueba de alcoholemia.