A pesar del frío y la lluvia, la marcha por la paz de ayer se convirtió un año más en un acto multitudinario en el paseo de Cánovas, por el que transcurre el recorrido de este evento simbólico destinado a concienciar de que la paz es un tema primordial, independientemente de la etnia o la religión que se profese. La paz es el futuro y el futuro es la paz era el lema de este año, retratado con el símbolo del reciclaje que muchos de los participantes portaban en pegatinas.

La de ayer fue la novena edición, organizada por la comunidad parroquial Nuestra Señora de Guadalupe y por la asociación juvenil Tierra Viva, y en la que colaboran otras parroquias de la ciudad y la delegación de Relaciones Interconfesionales. Tras el recorrido, que se inició a las 18.00 horas en la Cruz de los Caídos, se leyó un manifiesto en castellano, inglés y árabe, idiomas representativos de las tres confesiones que promueven el acto: católicos, evangelistas y musulmanes. En el mismo apelan a la necesidad de trabajar "por un mundo mejor, donde no haya guerras por intereses". Tino González, sacerdote de Nuestra Señora de Guadalupe, apeló además a que "todos los sectores contribuyan a trabajar por la paz".