Unanimidad. Ayer hubo acuerdo en el pleno de la Diputación Provincial de Cáceres para aprobar el Programa Extraordinario de Inversiones para 2008. Tanto populares como socialistas coincidieron en que lo importante es que los pueblos de la provincia van a recibir 20.400.000 euros suplementarios, este año, para financiar las obras que cada municipio ha considerado más necesarias. Ese dinero viene a sumarse a los 17,6 millones previstos en el plan ordinario de la diputación.

Los capítulos más importantes a los que se destinará ese dinero son obras y servicios --17.626.000 euros--; el Plan de Infraestructuras Eléctrico Municipal --1.250.000 euros-- y la adaptación de las piscinas municipales de la provincia a la legislación sanitaria vigente --600.000 euros--.

El presidente de la Diputación de Cáceres, Juan Andrés Tovar, destacó que "nunca en la historia de la diputación ha habido inversiones extraordinarias de este importe". Tovar señaló que esa inversión es posible por la política de ahorro que se ha llevado a cabo en ejercicios precedentes --las cuentas de 2007 arrojaron un saldo positivo de 24 millones de euros--, y por haber conseguido recursos de otras administraciones. El presidente provincial destacó que las pequeñas y medianas empresas de la provincia se van a beneficiar directamente de estas inversiones, con las consecuencias positivas que ello tiene para los puestos de trabajo. Tovar también pidió "paciencia y un esfuerzo extra" a los trabajadores de la diputación para poder poner en marcha el programa, ya que supondrá más trabajo.

Miguel Angel Morales, portavoz socialista y responsable del Area de Fomento, señaló que se han mantenido reuniones con todos los alcaldes para que decidan qué inversiones quieren para sus localidades. Los municipios costearán una parte de las nuevas inversiones: los de menos de 1.000 habitantes aportarán el 10% del coste y los demás, el 15%.

José Antonio Redondo, alcalde de Trujillo que ha anunciado esta semana su dimisión pero que aún no ha sido sustituido, ocupó su escaño como diputado.

El pleno comenzó con un minuto de silencio en memoria de Juan Manuel Piñuel, el guardia civil asesinado en el último atentado de ETA.