Todos tendrán que poner sus cartas sobre la mesa, comprobar si su ideario político se visualiza en el pleno y, de paso, saber cuáles son los aliados. No es algo baladí, será la constatación de lo que implica gobernar en minoría y todo a raíz de la moción que Ciudadanos llevará a la sesión de mañana y que pide textualmente «la condena de la discriminación y de los actos de odio y violencia por motivos ideológicos sufridos» por representantes de la formación naranja durante las celebraciones del Orgullo LGTBI en Madrid.

Ayer, Podemos fue la única formación que abiertamente avanzó su sentido del voto y expresó su no rotundo a esta moción. El equipo de gobierno, por contra, dijo: «No nos parece correcto adelantar esa información». El PP, en la misma línea, aseguró: «El jueves lo vemos». Y Vox apuntó: «Lamentamos no poder contestar, pero no haremos público el sentido del voto hasta la propia sesión del pleno».

LAS PREGUNTAS / Se abren dos incógnitas: ¿Entendería alguien que el PSOE apoyara esta moción, entendería alguien que PP y Vox no lo hicieran? PP y Vox criticaron con unanimidad las palabras de Fernando Grande-Marlaska previas a los incidentes en la manifestación del Orgullo del pasado 6 de julio, mientras que el PSOE cerró filas en apoyo al ministro del Interior en funciones y aseguró que no alentaban el odio «ni mucho menos». Durante la marcha, Marlaska consideró ilusorio pensar que no tendría consecuencias «pactar con quien de una forma descarada, incluso obscena, trata de limitar los derechos humanos», en referencia a los acuerdos alcanzados por Cs con el PP y Vox en el Ayuntamiento de Madrid.

Tras las declaraciones, la ministra Delgado (titular de Justicia) consideró una «sobreactuación» la denuncia de Ciudadanos. Desde el PP, la vicesecretaria de Política Social, Cuca Gamarra, dijo que esperaba que el ministro de Justicia compareciera en el Congreso para rectificar sus palabras y, «si no lo hace -dijo-, que dimita». Santiago Abascal, de Vox, fue taxativo: «Nuestra solidaridad con los diputados de Ciudadanos que recibieron el ataque de los energúmenos de siempre».

En Cáceres, la moción de Cs dice que sus representantes sufrieron «las agresiones de radicales violentos que trataron de impedir su presencia en la manifestación mediante la intimidación y la agresión, hasta el punto de que dichos representantes tuvieron que ser escoltados por la policía para garantizar su seguridad. Todo ello mientras que los organizadores del evento, en mayor o menor medida, justificaban tales agresiones, culpabilizando a quienes las habían sufrido de ser los causantes de las mismas».

En la misma moción, Cs califica de «especialmente inadmisibles» las palabras de Grande-Marlaska. Por todo ello, la formación que lidera Francisco Alcántara pide al plenario cacereño «condenar los intolerables actos de odio y violencia sufridos por los representantes de Ciudadanos por su participación en los actos del Orgullo, especialmente los que tuvieron lugar durante la manifestación celebrada el 6 de junio en la ciudad de Madrid, así como de las declaraciones de autoridades públicas y portavoces de entidades LGTBI que han justificado tales actos violentos, culpabilizando a las víctimas y no a sus agresores». ¿Se aprobará la moción? La respuesta, mañana.