El fenómeno se avistó en La Mejostilla, Riolobos, Sierra de Fuentes, Valdefuentes, Sierra de Gata y Portugal, donde bomberos y Protección Civil fueron incluso alertados. Ningún organismo oficial ha dado una respuesta a las numerosas versiones sobre una especie de objeto de luz potente que volaba muy bajo en la noche del pasado lunes, y que sobrecogió a más de un testigo, según ha publicado EL PERIODICO esta semana. Un informático estudioso de la astronomía desde hace 20 años, Juan Miguel González, miembro de la Agrupación Astronómica de Cáceres, aclaró ayer el misterio: se trata de una nave-basura procedente de la Estación Espacial Internacional.

"Para ser precisos, el objeto desconocido se llama Progress M1 11, una nave rusa de abastecimiento que llegó provista de material en enero a la Estación Espacial Internacional, donde quedó acoplada. Durante estos meses ha sido cargada de basura para cumplir así un doble cometido y aprovechar su desplazamiento. Fue desacoplada el 24 de mayo y el jueves cayó en el Pacífico tras su reentrada en la atmósfera", explica Juan Miguel González, funcionario, que se ha construido el primer observatorio particular de Cáceres en su propia casa de la Sierrilla.

Progress M1 11 es una nave sin tripulación, ya que desde el desastre del Columbia no se utilizan transbordadores para abastecer la Estación Internacional de material y provisiones. "En su regreso a la Tierra, la nave orbita en espirales cada vez más pequeñas y da unas diez vueltas diarias al planeta, hasta que entra en la atmósfera y cae en el Océano Pacífico. Durante su viaje de 10 días ha aportado datos científicos antes de ser destruida", señala Juan Miguel González. Fue en ese acercamiento paulatino cuando pudo avistarse desde distintos puntos.

El objeto apareció en el cielo de Cáceres por el noroeste, media hora después de la puesta de sol. "Yo mismo lo pude ver. Su espectacular brillo, mucho mayor que el de Júpiter, se debía a la superficie metálica del aparato, que aún reflejaba la luz solar. Se desplazó hacia el cénit y en pocos minutos desapareció por el sudeste. Orbitaba a más de 300 kilómetros de distancia. La sensación de cercanía que los testigos han tenido se debe a la relación brillo-alta velocidad de la nave, que hace creer que está mucho más cerca", señala.

Juan Miguel González es un amante de la astronomía desde los 17 años. Dedica buena parte de su tiempo libre a la astrofotografía y la divulgación a través de charlas y observaciones.