Tras haber pasado largas etapas de su vida dedicándose al comercio, la docencia o la abogacía, su vocación de escritor le hizo echar todo eso a un lado y escribir ‘Sombras de niebla’. Su familia y querer dejarle a sus hijos un mundo más humano son algunos de los ejes que mueven su vida. De todo ello habla en esta entrevista a propósito de la presentación de su novela, el próximo 22 de agosto, en Cáceres.

-¿Qué es lo que el lector se va a encontrar en la novela?

-Una historia de suspense a la par que romántica con algunas pinceladas históricas. Mi objetivo principal son páginas que atrapen el tiempo, que hagan reflexionar en los varios mensajes sociales que lanzo, algunos más subliminales que otros, y todo ello mientras las páginas zarandean los sentimientos del lector.

-Empezó estudiando Derecho y dedicándose a ello, luego fue profesor y ahora escritor. ¿Es esta una etapa pasajera?

-Escribir requiere tiempo. En mi primera etapa profesional, en la que trabajé en áreas de dirección para diferentes empresas, era del todo incompatible disponer de tiempo libre para poder escribir. El hecho de iniciar un nuevo camino en la docencia fue precisamente para disponer del tiempo que requería mi familia, y mi pasión por escribir.

-¿Cuál es su metodología en el proceso de creación?

-Es bastante sencilla: parto de los mensajes que intento transmitir. Pienso la trama, imagino los lugares más idóneos y creo los personajes que, en mi opinión, pueden ser los mejores portadores de esos valores.

-En alguna ocasión ha dicho que quiere y espera que en las 50 primeras páginas el lector se enganche. ¿Cree usted que lo ha conseguido?

-Deben ser los lectores quienes decidan si lo he conseguido o no. Soy consciente de que la opinión literaria es muy personal y subjetiva, y, habrá de todo. De momento tengo la suerte de haber recibido buenas críticas.

-¿Cuándo y por qué le entró el gusanillo de la escritura?

-Provengo de una familiar donde el arte, en sus diferentes manifestaciones, siempre ha estado presente. A mis hijos, siempre que he tenido oportunidad, les he inventado unos cuantos cuentos. Pero sobre todo fue a raíz del fallecimiento inesperado de mi padre, cuando me refugié en la escritura para superar el duelo. Esa vivencia me llevó a abandonar mi carrera de directivo y paralelamente inicié mi fase de escritor.

-¿Qué referentes literarios tiene?

-No tengo grandes referentes literarios. Admiro a muchos escritores y, por ello, citar alguno de ellos sería una falta de consideración para el resto. Afirmo que hay grandísimos escritores en el mundo del anonimato, lamentablemente. No soy persona de tener grandes referentes en ningún área, más allá de mis padres y de Michael Jordan. En mi caso particular, el no tener grandes referentes me lleva a tener una identidad más genuina y propia; más personal.

-¿Qué le aporta la escritura que no encuentre en otras cosas?

-Escribo para dormir tranquilo, sabiendo que al menos he intentado que nuestra sociedad sea un poco mejor y más humana, gracias a la pluma insignificante de uno de sus efímeros miembros.

-Siempre se ha dicho que los escritores tienen temas recurrentes, ¿cuáles son los suyos?

-Es posible que sí. En mi caso, como ya he comentado, mis temas recurrentes serán lanzar aquellos mensajes que no acaban de convencerme de nuestra sociedad actual. Y pondré un ejemplo reciente. Es bastante triste ver a tantos niños pequeños jugar solos en las piscinas del hotel, porque sus padres prefieren dedicarle tiempo al móvil. Es lamentable ver los pocos libros abiertos que hay bajo las sombrillas. Necesitamos un ‘reset’ profundo.

-¿Proyectos futuros?

-Sí, siempre. En mi vida, y lo hacía cuando formaba directivos, siempre hablo de proyectos, nunca de sueños. En la mía, ahora mismo, es intentar dar a conocer ‘Sombras de niebla’ a la mayor cantidad de lectores posibles. Después, un después cerquita, aparecerá ‘Sombras de niebla’ segunda parte, y después vendrán otras historias, Dios mediante. La vida -sonríe- es una concatenación de proyectos.