Se imagina que cada vez que logre convencer a alguien sobre cualquier asunto de relevancia social, se le pagase una cierta cantidad de dinero? Pues de alguna manera esto ocurre: Cuando, en apariencia, estamos defendiendo nuestros intereses, también estamos siendo parte activa de estrategias de comunicación para favorecer la idea inicial de alguna institución.

Pero desde una óptica individual, nosotros como ciudadanos: ¿Nos vienen las opiniones ya configuradas? ¿Estamos haciendo labores de publicidad o marketing? ¿Qué diantres conseguimos tras esos inmensos gastos de energía, a la hora de defender nuestra opinión?

Los medios de comunicación, hoy día, mejor dicho, de difusión, estamos constantemente generando juicios en la mente de las audiencias. El objetivo es claro y ampliamente conocido: Fomentar la opinión pública. La Vox populi se asemeja a la mente colmena de las abejas. Y al igual que estos inteligentes insectos, nosotros tenemos los estereotipos; a grandes rasgos (sobre este tema se han escrito infinidad de teorías, libros...) son espejos en los que poder retratarnos, son los presentadores, actores, futbolistas, modelos, políticos, famosos-

Las polémicas, las alertas, siempre suscita llamadas de atención masivas y ésta son el "pan nuestro" de los medios de comunicación. La televisión o la radio, no nos son gratis, viven porque asentamos sus ideas o planteamientos en nuestro interior; a través de nuestra atención: Igual de valiosa que el tiempo, y muchísimo más que el oro.

Por todo ello, sugiero que hagamos como en otros países; en el colegio, en sus programas educativos, contemplan asignaturas para entender, analizar, juzgar y cuestionar a los mass media tan presentes en nuestras vidas.