Cuando abrió su negocio, hace más de cuatro décadas, la calle no estaba ni asfaltada. "Esto era un barrizal entonces", asegura Antonio Dionisio, gerente de la ferretería Diosan, uno de los negocios más antiguos, junto con la autoescuela San Jorge y Alonso Decoración, de la calle Rodríguez Moñino, que recupera poco a poco su fervor comercial. "El edificio que ahora hay enfrente no existía entonces. Tan solo estábamos yo y Alonso Decoración como comercios, ya que todos los demás se concentraban en la plaza Mayor y Pintores. Eran otros tiempos", apunta Dionisio.

La calle Rodríguez Moñino toma su nombre del erudito, bibliógrafo y filólogo nacido en Calzadilla de los Barros (Badajoz), Antonio Rodríguez-Moñino Rodríguez, quien fue nombrado académico de la Real Academia Española en 1968. Murió en Madrid en 1970 y legó un espléndido tesoro bibliográfico (15.000 libros, muchos de ellos inéditos, estampas y grabados) a la Real Academia Española, y unos 5.000 volúmenes a la Biblioteca de Cáceres.

En esta tradicional vía estuvieron comercios como Zapatos Marta, La Rosa --un salón de bailes donde se celebraban banquetes--, se instalaron Los Valencianos, que se encontraban donde ahora está Podoclinic y eran artesanos fabricantes de turrón en Navidad, así como de horchatas y granizadas en verano, e incluso hubo un bingo, que no llegó a prosperar como se esperaba.

"Llevo 36 años trabajando aquí, pero la tienda abrió a la par que Diosan y entonces todo era tierra", subraya Teresa Jiménez, de Alonso Decoración. "Cuando yo empecé estaba Zapatos Peña, Aparicio, que era un autoservicio, y al lado había también una lencería. Ha sido una calle comercial desde sus inicios y ha cambiado por completo", sostiene.

Son 40 años y la transformación ha sido brutal. Hasta 16 comercios tienen su acceso en la calle Rodríguez Moñino, en la que se puede encontrar de todo: desde fruta hasta joyas o flores. Además de Diosan, Alonso Decoración y la autoescuela San Jorge, la vía cuenta con la frutería La Huerta de Carolina; una casa de seguros, Axa; dos clínicas, una de varices y otra para los pies, la corsetería María Luisa; una cafetería y pastelería, Bakery; la floristería Amarylis; la joyería Seijas; el modisto y estilista Sebastián Navarro; la carpintería y tienda de decoración Vértice Home; la mercería Lola Botona; la tienda de ropa Gala Moda y Complementos y una tienda de degustación y productos ibéricos llamada Esencia de Extremadura. "El que quiera comprar algo, aquí lo va a encontrar", dice Cristina Dorado.

Es una de las calles más tradicionales de la ciudad, que además está ganando en atractivo desde la unión de los comerciantes de la vía, que han llevado a cabo diferentes iniciativas de autopromoción desde septiembre del año pasado. Tras la Fiesta de San Miguel, donde 'debutaron' preparando algo especial en la vía, los comerciantes se han unido para financiar su propia campaña de Navidad y para celebrar San Valentín, fecha para la que colocaron un photocall a usar por el público, entre el que sortearon un alojamiento --con cena y desayuno incluido-- en un hotel de cuatro estrellas de la ciudad.

No obstante, la cosa no se quedará ahí. Este viernes, la junta directiva de la asociación de comerciantes celebró una reunión para perfilar las próximas iniciativas, que tendrán lugar seguramente de cara al día de la Madre y del Libro. Rodríguez Moñino viene para quedarse.