Entre los ‘ángeles’ de la feria que velan por los que se divierten, se encuentra el joven y nutrido grupo de la asociación DYA. Unos cuarenta voluntarios se turnan día y noche, de cinco de la tarde a siete de la mañana, para atender cualquier incidencia que requiera asistencia sanitaria. El jueves (últimos datos disponibles) tuvieron que tratar a 34 personas, la mayoría por lesiones de traumatología leves o menos graves, mareos, enfermedades de evolución (empeoraron de una patología mientras estaban en la feria), y cuatro casos más que requirieron traslados a centros sanitarios (puntos de sutura, radiografías...). Sin embargo, desde el inicio de la feria hasta la tarde de ayer, no se ha registrado curiosamente ninguna intoxicación etílica.

El equipo de DYA está formado por médicos, enfermeros, técnicos en emergencias, técnicos en transporte sanitario, socorristas y personal logístico.