Los tres niños que el pasado lunes fueron sacados a la fuerza por sus padres del Centro de Acogida de Menores Julián Murillo, en el que permanecían ingresados desde hace dos meses, han superado los exámenes médicos y se encuentran en perfecto estado de salud, según confirmó ayer EL PERIODICO EXTREMADURA. Los pequeños, dos niños de 7 y 5 años y una niña de 10 meses, se han readaptado sin dificultad e incluso se han mostrado ilusionados con el inicio del nuevo curso escolar y con la compra del material. El propio centro se ha encargado de matricularlos en un colegio cacereño.

Según ha venido publicando este diario, la Junta de Extremadura se ocupó de la tutela de los niños tras considerar que estaban desatendidos por sus padres. La administración regional no descarta anular de forma total las visitas de sus progenitores después de la sustracción de los niños. No obstante, la Consejería de Bienestar Social estudia ahora el futuro de los pequeños.

El primer objetivo de la Junta es siempre la integración del menor en el núcleo familiar, por eso pone en marcha los mecanismos necesarios para que los padres puedan recuperarlos. Si esto no es posible, los especialistas inician el estudio de la familia extensa, es decir, los abuelos, tíos y demás allegados. Si esta segunda opción también fracasa, la última alternativa es el inicio de los trámites de adopción, que coordina el Servicio de Adopción y Familia, ubicado en Mérida. En caso de que ninguna de las tres soluciones sea factible el gobierno regional se ocupa de su tutela y formación hasta que su vida está perfectamente encauzada.

LAS ALTERNATIVAS El Centro de Acogida Julián Murillo acoge a niños de 0 a 6 años, aunque en el caso de los hermanos --como ha ocurrido en esta ocasión-- el tiempo de estancia se alarga para evitar que se separen. El protocolo de menores contempla que una vez culmina la estancia en el Julián Murillo, los chavales pueden trasladarse a los centros de Plasencia, Trujillo y Caminomorisco, donde permanecen hasta cumplir los 18 años.

A partir de ese momento, se ponen a su disposición pisos tutelados y ayudas económicas con becas para poder seguir estudiando. Hay muchos que realizan módulos de Formación Profesional e incluso cursan estudios en la universidad.