Hace un año y siete meses que Miguel Angel Rivero no abre la puerta de su casa. Reside en el edificio número 52 de Alcoresa, y su vivienda fue la más afectada cuando se derrumbó el techo del restaurante Wok por tratarse de una primera planta que lindaba con el patio interior del edificio afectado. De hecho fue la primera en ser precintada, luego se clausuraron otras dos, pero las familias que residían en estas últimas pudieron volver un mes y medio después del incidente.

"El ayuntamiento no me quiere abrir mi casa. Ya la he reforzado como me pedían y he arreglado una viga que estaba rota. Es segura pero ellos, sin darme más explicaciones, me dicen que no puedo volver", cuenta Miguel Angel Rivero, quien asegura sentirse desprotegido.

Rivero es guardia civil y reside actualmente junto a su mujer y sus dos hijos en el cuartel de Casar de Cáceres. En el momento en el que se derrumbó el techo del Wok (la tarde del 11 de abril del 2012) aún no residía en su casa de Alcoresa, pero había iniciado los trámites de traslado (tenía el alta de la luz y parte de los muebles) ya que sus hijos comenzaban el instituto en la capital cacereña. "Hay que traerlos y llevarlos todos los días. Habíamos decidido trasladarnos por comodidad. Aunque en ese momento no viviera allí tengo derecho a usar mi casa", insiste este vecino afectado.

Se queja de que cada mes paga las cuotas de la hipoteca de una casa que no puede utilizar: "Estoy pagando una hipoteca y a los bancos lo que haya pasado no les importa, las facturas llegan. A la hipoteca tenemos que sumar ahora el gasto en gasolina de traer y llevar a mis hijos. Estamos desesperados", señala Rivero.

Por otro lado el local que albergaba el restaurante Wok continúa cerrado y sin arreglar (el agujero del techo se ha tapado con uralita). En el bloque 52 se han llevado a cabo actuaciones de refuerzo en las plantas superiores, pero falta aún un forzado entre viviendas y reforzar el restaurante. A esto último se niegan los vecinos, por lo que han iniciado un proceso contencioso administrativo y está pendiente de una resolución judicial.

Por otro lado, el ayuntamiento ha adjudicado a la empresa Obras Olivera 2009 para que se encargue de forma subsidiaria de legalizar las obras ya realizadas y de llevar a cabo las que aún no se han hecho, como es el forzado entre viviendas del bloque 52. Mientras tanto, parece que se alargará la estancia de Rivero en Casar de Cáceres.