Más de 25 años de funcionario "ejemplar y sin problema alguno" en la Subdelegación del Gobierno de Cáceres. De ellos, un mínimo de cinco ocupando un cargo de confianza, el de secretario particular del subdelegado (del actual, del PSOE; y de los dos anteriores a este, del PP). Y desde hace cuatro, implicado en una presunta trama de falsificación y estafa a inmigrantes por la que próximamente será juzgado.

Constancio A. R. no acaba de creer lo que le está ocurriendo, aunque manifiesta sentirse tranquilo y deseando que llegue cuanto antes el juicio para que todo se aclare. Lo reconoce así en una breve entrevista concedida ayer a EL PERIODICO, en la que, con rotundidad, aseguró: "Confió en la Justicia y estoy tranquilo, porque yo no he falsificado ningún documento, de hecho hay un informe de la Policía Judicial de Madrid que así lo confirma, ni he estafado a nadie, no he estafado a nadie en toda mi vida".

Se declara "total y rotundamente inocente" de los delitos de los que ahora se le acusa, pues, insiste, "jamás he falsificado un solo documento ni he cobrado un solo euro a nadie por cumplimentar o facilitar documentación". Reconoce, no obstante, que en este caso concreto "posiblemente actué con poco cuidado, pues lo que sí es cierto es que compulsé algunos de los documento sin supervisarlos todo lo bien que debiera", algo por lo que, opina, "habría incurrido en todo caso en una falta administrativa, pero no en los delitos que me imputan".

Ante este hecho, se cuestiona: "¿Quién puede creer que si alguien sabe que un documento es falso lo va a firmar con su nombre y número de identidad como hice yo?". En su caso, añade, lo hizo porque desconocía que eran falsos y porque las personas que se los dieron para compulsar le eran de total confianza

Y como prueba de que en ningún momento formó parte de la presunta trama de regularización irregular de inmigrantes, el exsecretario particular del subdelegado del Gobierno señala el hecho de que no conoce ni ha tenido nunca relación alguna con el camarero que presuntamente facilitó los documentos falsificados ni con la súbdita marroquí acusada de engañar a compatriotas. Además, añade, "de los 55 testigos de la acusación pública yo no conozco ni a cinco".

Proclama una y otra vez su inocencia e insiste en que lo único que desea es que se celebre cuanto antes el juicio, para poder demostrar que él no ha cometido ningún delito, y que todo termine, "pues estas cosas hacen mucho daño y la verdad es que estos cuatro años han sido muy duros, no solo para mí, sino para toda mi familia".