José Antonio M. R., que está "muy asustado y tremendamente arrepentido", mantiene que lo que ocurrió el 22 de octubre en la avenida de Alemania "fue un lamentable accidente, pero, en ningún caso, provocado porque fuera picado con otro coche y condujera de forma temeraria".

Así lo relató ante la policía el día que, acompañado por su padre y su abogado, se presentó en comisaría reconociéndose autor del atropello; y así lo narra para EL PERIODICO su abogado, Estanislao Martín.

De lo sucedido recuerda, según lo declarado por José Antonio, que es cierto que conducía a unos 15 o 20 kilómetros más de la velocidad permitida en esa vía, que es de 50 kilómetros: "Iba detrás de un coche que, pese a estar el semáforo en verde, frenó de repente, por lo que se pasó al carril de la izquierda encontrándose de golpe con el anciano, que ciertamente pasaba por un paso de cebra, pero con el semáforo en rojo para los peatones".

El autor del atropello asegura que intentó frenar, pero que le fue imposible. Asegura, también, que tuvo intención de parar, pero se asustó y huyó: "Iba a parar para ayudar cuando oyó a la gente gritar y pedir, con insultos contra él, que le pararan, lo que hizo que se asustara y huyera del lugar".

El mismo día del accidente contó a su familia lo ocurrido, consciente de que tenía que entregarse. No lo hizo hasta seis días después, "pero no porque no tuviera intención de hacerlo, sino porque quería acudir a la policía acompañado de su padre y un abogado, como así hizo", concluye su letrado.