Los dolores comenzaron en el año 2003, cuando a Santiago Alonso (ahora tiene 51 años) le diagnosticaron una hernia de disco. Cinco años después fue operado por primera vez en el hospital de Zafra y desde entonces su situación no ha hecho más que empeorar. Según explica su sobrina, Ana Alonso, las placas de titanio que le colocaron entre las vértebras le produjeron una importante infección que le provocaba el dolor. Volvió a entrar en quirófano en el año 2013 para retirarle este material y, a día de hoy, los dolores persisten.

Ante su situación decidieron derivarle a la Unidad del Dolor del hospital Virgen del Puerto de Plasencia (reside en Torrecillas de los Ángeles). Con frecuencia necesita inyectarse dosis de morfina porque el dolor es insoportable. Le impide levantarse de la cama. «Se pasa todo el día en la cama, alguna vez se encuentra con fuerzas y puede bajar a comer con sus muletas Lo más que sale es a la puerta de casa pero si lo hace luego está destrozado», explica su sobrina, que vive con él en casa. La situación le ha provocado una profunda depresión y ha llegado a tener pensamientos suicidas.

Debido a su gravedad, desde el hospital Virgen del Puerto decidieron realizar una videollamada con el cirujano que le operó la primera vez, para valorar una nueva intervención. El especialista no se lo aconsejó ante la posibilidad de que pudiera provocarle secuelas que empeoraran su estado. La única solución que le propusieron entonces fue colocarle un neuroestimulador para reducir el dolor. Se trata de un dispositivo electrónico que, una vez implantado en el cuerpo, genera suaves impulsos eléctricos que llegan por medio de unos cables hasta el espacio epidural próximo a la columna vertebral. Estos impulsos alterarán los mensajes de dolor antes de que lleguen al cerebro. Se inserta en personas que padecen un dolor crónico que no se puede tratar ni con fármacos ni con cirugía, como es el caso de Santiago.

Esta operación debe realizarse en la capital cacereña. Entró en lista de espera preferente en el mes de mayo, de hecho esta lista de espera era para el hospital Nuestra Señora de la Montaña, que ya ha cerrado (el servicio ya se encuentra en el nuevo hospital). Como la cita nunca llegaba, en una de las decenas de visitas que hace a la Unidad de Dolor decidió preguntar por el estado de la misma. «Le dijeron que lo habían sacado de la lista, que no sabían qué había pasado. Es incomprensible», protesta su sobrina. El médico volvió a apuntarle, de nuevo en estado preferente. Y sigue sin llegar.

El 30 de octubre puso una reclamación en su centro de salud de Montehermoso. No le han contestado. «Los médicos de Plasencia y de Montehermoso nos han dicho que el problema es que en Cáceres no hay anestesistas, por eso no le operan. La sanidad está fatal y mientras hay una persona con 51 años que no se puede mover de la cama», insiste su sobrina.

El SES afirma que responderá a su reclamación y recuerda que no puede dar más información por protección del paciente.