Federico Crespo es un cacereño que conoce Cáceres y conoce a su comercio. Habla claro; es lógico si se tiene en cuenta que su padre, José María Crespo, ‘el Garzón de la época’, fue un juez que se ganó el respeto de todos. Pero esa es otra historia; la que hoy nos ocupa es la calle Pintores, donde está la zapatería Mamen Peña, que regenta su mujer. Las soluciones para frenar el declive comercial del centro las enumera Crespo, siempre certero. La primera de ellas es «llevar a la plaza Mayor la vida rutinaria de Cáceres»; es decir, que las actividades principales que se celebran se hagan en la ciudadela: la ruta de la tapa es un ejemplo.

Entre Moret, Pintores y San Pedro hay más de una quincena de locales vacíos. Uno de los motivos es el elevado precio de los alquileres. «No puede ser que en Cáceres cueste el alquiler de un local comercial lo que cuesta en La Castellana», explica Crespo.

«Los hay que pagan mil euros y pico más IVA por 1.000 metros cuadrados. Y en avenida de España ni te cuento: 4.000, 5.000 más IVA», recuerda el comerciante. Es una situación difícil de lidiar. Mariángeles Costa, concejala de Comercio, comenta que el ayuntamiento baraja algún modo de bonificar a aquellos locales que tengan un precio de mercado y ajusten sus alquileres. Es complicado porque no se puede imponer una tasa.

Crespo dice que no es el primer intento que el ayuntamiento realiza. «En Zamora aplicaron una rebaja del IBI, aquí quisieron hacerlo, pero finalmente no salió adelante». El local de su zapatería está situado en un edificio que tiene 150 años. El problema es que hay propietarios con locales vacíos que no mantienen, y eso espanta a los inversores. «Si los comerciantes que los arriendan los arreglaran y a cambio los dueños los eximieran de pagar durante un tiempo, probablemente se animaría el sector».

El comerciante ve bien que el consistorio realice un catálogo de los que están vacíos, una especie de portal de internet. «Salaya vino a comprarse un zapato y nos lo comentó». Es una medida que en Pintores ven con buenos ojos.

Durante mucho tiempo Federio Crespo se dedicó a la banca. Cuenta que a algunos clientes les decía que Cáceres no tiene polígonos industriales, sino polígonos navales: «Ni una industria, todo naves». He ahí la cuestión: mejorar las comunicaciones y atraer a grandes empresas a la ciudad.