Auditor y abogado, 52 años y cacereño. La incorporación de Felipe Vela al gobierno es la novedad más destacada del tercer mandato de Saponi, que la ha dado la delegación de Economía. A pesar de ser un recién llegado a la política, Saponi ha confiado en él para trabajar en una de sus principales ideas: lograr que la administración local sea más ágil en sus decisiones.

¿Está afiliado al PP?

--No, soy independiente.

¿Por qué da el paso de entrar en la política local?

--Yo no considero la expresión entrar en política. A mí se me ha llamado para hacer un trabajo técnico, de organización de un área del ayuntamiento, y así me lo planteo.

Por lo que dice, parece que usted actuará más como técnico que como político

--Todos somos políticos. Soy un técnico que se ha metido en política para organizar y trabajar al servicio del área económica del ayuntamiento.

¿Cuáles son sus objetivos dentro de la política?

--A corto plazo hacer bien mi trabajo. Siempre tengo dudas al iniciar una actividad. Nadie sabe lo que te espera. Si lo logro, mis ideas son dotar al ayuntamiento de un tipo de organización y cumplir la legislatura como concejal.

¿Y a medio plazo?

--No lo sé. No hago planes a medio o largo plazo. Ahora tengo un compromiso que cumpliré con lealtad al alcalde y al equipo de gobierno.

¿Aspira a ser alcalde?

--Yo creo que todas las personas tienen aspiraciones de ser alcalde si quieren a su ciudad, pero yo no he entrado en este asunto para ser alcalde.

Se comenta que dejará el ayuntamiento si se encuentra con dificultades políticas

--Eso se ha dicho, y también que voy a ser alcalde, y son dos cosas contrapuestas. Ni voy a ser alcalde ni me voy a marchar. Terminaré la legislatura como concejal. Otra cosa es que las funciones que se me encomienden no sea capaz de ejecutarlas por las razones que fueran, entonces consideraría con el alcalde hacer otras funciones. No he venido aquí para irme, no se puede jugar con el voto del ciudadano. Es un orgullo estar en el ayuntamiento. No creo que nadie tenga interés en echarme, los únicos que podrían hacerlo son los ciudadanos, y no soy tan importante como para que por mí haya elecciones.

¿Compatibilizará su trabajo con el del ayuntamiento?

--Sí, es cuestión de trabajar más horas. Trabajaré como un liberado sin cobrar, por lo menos durante los seis primeros meses o el año, en el que tomaré el pulso al ayuntamiento en la medida que pueda. Luego las cosas pueden ser de otra manera.

¿Ha pensado en liberarse?

--No voy a dejar de dirigir mi despacho de consultoría, ni tengo ninguna aspiración política; otra cosa es lo que se diga, pero yo no vengo con aspiraciones políticas. De momento tengo un objetivo para el primer año: demostrar que el alcalde no se ha equivocado al llamarme.

Ha hablado de dar otra organización al ayuntamiento, ¿puede gestionarse una administración como una empresa?

--Debe intentar parecerse. Lo que pretendo es superar el viejo concepto de la Concejalía de Hacienda y compaginar los criterios económicos, jurídicos y de organización, de manera que se logre una modernización y conciliación de los intereses entre los ciudadanos, el gobierno y los funcionarios. Es buscar una fórmula para lograr una colaboración en términos de consultoría.

Lo que ha comentado está muy bien para la teoría, ¿cómo se lleva a la práctica?

--Si todo el mundo entiende el mensaje, y yo soy capaz de darlo, se lleva a la práctica en el área económica considerando las secciones que hay en un ayuntamiento que están interrelacionadas, y en base a esa interrelación establecer unos sistemas de trabajo y de organización que hagan que no haya compartimentos estancos y que todo el mundo colabore en aras a lograr que el ayuntamiento sea más eficaz.

¿Habrá una nueva organización en el trabajo de los funcionarios municipales?

--No tanto en el trabajo de los funcionarios como en la interrelación de las distintas áreas. Los funcionarios no tienen que cambiar su trabajo. Se trata de buscar un sistema que permita una conciliación entre el trabajo de los funcionarios y el de los políticos para lograr una mayor eficacia y agilidad. El problema de los ayuntamientos es que están creciendo en variedad de servicios, y hay que adaptarse a la nueva dinámica.

El alcalde ya hablaba en la pasada legislatura de conseguir esa agilidad, ¿qué hace falta para lograrlo?

--El funcionario hace bien su trabajo y el político hace bien el suyo, pero a veces son contrapuestos. El funcionario quiere resolver los problemas con criterios técnicos y profesionales, y el político quiere resolverlos con rentabilidad ciudadana y otras veces, no lo olvidemos, de cara al voto. Hay que conciliar esos dos intereses en un sistema que permita que no siempre tenga la razón una parte y que a veces se tenga que elegir el menos malo de los caminos. Esa es la eficacia. Los sistemas no pueden ser compartimentos estancos, deben ser flexibles.

¿Qué situación económica espera encontrarse en el ayuntamiento?

--La de cualquier ayuntamiento. La legislatura es de cuatro años, por lo que a priori hay que tener una perspectiva de lo que se va a hacer. No se pueden poner parches. Hay que saber qué se quiere abordar, cómo y cuáles son los ingresos, y adecuarlo. Hay que seleccionar. No se puede hacer todo. No me preocupa la situación. Si es buena, habrá que rentabilizarla, y si no, habrá que mejorarla.