«Cada mañana tenemos que autoanimarnos para tener buen talante», dice Evelio Robles, médico de Atención Primaria y coordinador del centro de salud Nuevo Cáceres, que ayer asistió a la reunión mantenida con el director gerente del SES. Dice que su equipo sufre en primera persona la peor cara del virus porque uno de sus compañeros infectados se encuentra en una situación grave de salud. «Eso te mina la confianza y la seguridad porque hay mucha incertidumbre al enfrentarnos a esta patología», añade el doctor.

Asegura que las primeras semanas soportaron una elevada presión asistencial que ha disminuido desde la semana pasada. El centro de salud se ha adaptado por completo, primando las consultas por videoconferencia y consiguiendo que, en caso de tenerlas que hacer presenciales, no haya más de ocho pacientes dentro del edificio. Se separan a posibles infectados de los que no, para evitar que se crucen. También realizan pruebas, por la parte trasera, para prevenir contagios. Han atendido además a decenas de infectados aislados en sus casas.