Querido amigo:

Podría decir todas esas cosas bonitas que se dicen en estos casos. Que fue un placer conocerte, que por qué te has ido, que cuesta hacerse a la idea de que tu sonrisa ya no llena más noches, que te echamos de menos, que ahora me arrepiento, que me duele no haber podido decirte adiós, que tu ausencia se hace insoportable...¡Qué se yo! Podría decir tantas cosas; pero para qué, si no vas a volver.

Dicen que algo se muere en el alma cuando aun amigo se va. Hoy sé que es verdad. Algo se ha muerto dentro de nosotros contigo. Nos quedan fotos, recuerdos, canciones y tantas y tantas noches robadas al sueño para apurar el hilo frágil de la vida. Pero faltas tú, tú y ese trozo de nuestro alma que se ha ido contigo.

Vano todo aquello en lo que empeñamos la vida y que nos impide disfrutar de las personas que nos importan mientras las tenemos cerca; vanas estas lágrimas que nos nublan nuestra vista. Vanas pero son lo único que nos queda, llorar, así, a escondidas en una soledad de distinto tipo (la de mi habitación) es la única forma que tenemos de poder continuar, de poder sonreir, de hacernos fuerte cuando nos encontramos con otros que también te conocieron y que también te llamaron amigo. Querido amigo, no te olvidaremos. DEP

*Maximino Rubio Nevado.