Críticos del PSOE crean una corriente que se desmarca de la gestora que lleva en la actualidad el timón de la agrupación local y piden un replanteamiento del proyecto socialista para volver a ganar en Cáceres.

Con la participación de las exconsejeras Leonor Flores y Manuela Holgado o los expresidentes de la Asamblea, Antonio Vázquez y Federico Suárez, además de los concejales Miguel López, Víctor García o Marcelina Elviro, este grupo, denominado Movimiento 1 de julio: pedimos la palabra y que ayer se reunió por primera vez, aspira a convertirse "en el germen para que el proyecto socialista, de izquierdas y progresista vuelva a ser mayoritario en la capital cacereña.

También da entrada a jóvenes militantes como David Santos o Enrique Pérez y considera que la agrupación local "se encuentra en un punto de no retorno, como una vocación de un marcado punto y aparte en actitudes, aptitudes y espíritu de pertenencia" al PSOE. Entre los asistentes, también figuraban el expresidente de Caja de Extremadura, Jesús Medina, o el exdiputado Javier Hernández de Cáceres.

Asimismo, este movimiento entiende que "la situación actual en el PSOE no admite más prórrogas, regates, ni rescates, más cuando ahora no existe dirección política, sino una comisión gestora". En este sentido, precisa que su planteamiento se establece "huyendo de personalismos" porque, aseguran, "no han sido beneficiosos para el desarrollo político en la manera de actuar de la agrupación".

Este movimiento se marca como principal objetivo la redacción de "un manifiesto político que, con las aportaciones derivadas de la participación activa de todos los compañeros y compañeras, permita volver a la agrupación a las esencias del PSOE como una organización que trate de impulsar la igualdad, la solidaridad, y la redistribución de la renta, para lograr una sociedad más justa, más igualitaria y más feliz, que sea representativa dentro de la ciudadanía cacereña, con un compromiso ético esencial, todo ello adaptado a la sociedad del siglo XXI que requiere la ciudad".

Asimismo, afirman que "se trata de un movimiento intergeneracional, donde todos los militantes deben sumar" y se postulan en contra de que se les "excluya o utilice solo para mesas electorales, para la pegada de carteles o actos electorales".

En cuanto a a la dirección, liderazgo y representatividad del movimiento, indican que "se irán perfilando" y subrayan que "están abiertos a ideas y sugerencias con los principios de democracia interna, participación y compromiso ético".