La ciudad tendrá una nueva estación de saneamiento y depuración de aguas residuales, que canalizará todo el servicio divido ahora en tres depuradoras (Capellanías, Malpartida y el Marco), para poner fin a los problemas históricos de la red de saneamiento. De este modo, las depuradoras de Malpartida y Capellanías servirán de pretratamiento y bombeo para trasladar las aguas a la nueva, la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) en la zona de El Marco, que será una ampliación de la ya existente.

Se trata de una inversión elevada: 60 millones de euros financiados por el Ministerio de Medio Ambiente, que cataloga esta obra de interés general. Con ella, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) mejorará por fin el tratamiento de las aguas, reduciendo su carga contaminante y su emisión de sólidos hasta cumplir las exigencias que marca la normativa.

La previsión es que la obra salga a licitación este año e incluso que pueda comenzar en 2018, tal y como avanzó la alcaldesa el pasado septiembre. De hecho, en otoño, el Boletín Oficial del Estado ya anunció que el proyecto se sometía a información pública.

También está previsto el acondicionamiento de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Cáceres, que consiste en una obra de toma desde la arqueta de salida de las tuberías de purga de los fangos, depósito de regulación, bombeo y deshidratación de fangos, para su retirada por gestor autorizado. Además, el proyecto mejorará la red de saneamiento con la renovación de colectores (unos 10 kilómetros), construcción de tanques de tormentas y adecuación del encauzamiento de la Ribera del Marco.