Caminar, comer, pensar, amar... Toda la actividad del cerebro depende de complicadas redes de neuronas que no siempre funcionan todo lo bien que debieran. Es el caso de enfermedades como la depresión, y un 25% de quienes la padecen ni siquiera responden al tratamiento farmacológico. Para esta y otras patologías existe una técnica cada vez más utilizada en distintos países, denominada estimulación magnética transcraneal repetitiva, que permite administrar corrientes eléctricas al cerebro sin dolor ni anestesia.

Esta técnica ha comenzado a aplicarse en Cáceres, concretamente en el Centro Médico Monfragüe (calle Ordesa), por el doctor Ricardo Cano Plasencia, neurofisiólogo del Hospital San Pedro de Alcántara y colaborador del Centro de Rehabilitación Neurológica de Extremadura. El porcentaje de pacientes con depresión sobre los que resulta efectiva oscila entre un 50% y un 70% según los estudios (y ello teniendo en cuenta que antes les han fallado otras opciones). No es un método curativo, pero reduce y retrasa los síntomas.

Según explica el doctor, se aplica incluso a otras enfermedades para las que no existen muchos más tratamientos, como la recuperación de un ictus (la eficacia llega al 60% y genera mejorías de un año); los dolores neuropáticos que involucran al sistema nervioso como la fibromialgia (se logra una mejora de 25 semanas teniendo en cuenta que no a todos los pacientes les alivia el tratamiento farmacológico); el tinnitus o pitidos en los oídos (mejoras de hasta 4 años); incluso el Parkinson (solo hay fármacos sintomáticos); y el Alzheimer (los medicamentos consiguen poca eficacia).

La estimulación magnética en estos casos aún no tiene el desarrollo de la depresión, "pero se van obteniendo protocolos de aplicación que mejoran la eficacia", explica el doctor Ricardo Cano, quien comenzó a estudiar este método hace quince años en La Paz (Madrid). Consiste en colocar sobre el cráneo un dispositivo por el que pasa la corriente eléctrica, y se genera un campo magnético que penetra en el cerebro e induce una corriente secundaria en el circuito neuronal. "En realidad se trata de volver a enseñar al cerebro a funcionar bien", detalla el experto.

Los cierto es que la estimulación magnética está aprobada como tratamiento para la depresión en Canadá, Israel y EEUU. En España solo suelen aplicarla clínicas privadas, aún pocas. En realidad no es un nuevo método. El español Alvaro Pascual-Leone fue uno de sus precursores y ahora dirige el Centro para la Estimulación Cerebral no Invasiva de la Universidad de Harvard. El futuro de este método es impredecible, está en pleno desarrollo y podría tener numerosas aplicaciones. Si en 1991 se escribió un solo artículo en el mundo científico, en 2012 ya hubo 247 y en lo que va de 2013 suman 100.