La zona azul tiene ahora una limitación de dos horas, tiempo que los conductores no pueden sobrepasar, antes deben retirar el coche. Pero en la práctica es una restricción que muchas veces no se lleva a efecto, ya que hay flexibilidad en la aplicación de la ordenanza. Con el nuevo contrato de la zona azul esto será más difícil que pase por las características que deben tener los parquímetros, que tienen que permitir la introducción de la matrícula y cuyo sistema «tiene que ser capaz de gestionar a través de la matrícula una rotación forzada de los vehículos para que estos no permanezcan en el mismo lugar más de dos horas», según se indica en el pliego técnico del concurso, que en unas semanas se convocará para renovar el contrato de zona azul que presta una empresa (en los concurso de 2000 y 2012 se adjudicó a Cysex). En el pliego también se indica que los parquímetros deben permitir «la limitación automática del tiempo autorizado -dos horas- con el rechazo de las monedas».

La comisión de Contratación del ayuntamiento dictaminó ayer a favor del expediente para renovar el contrato de la zona azul. Lo hizo con los votos de los concejales del gobierno (PP) y de C’s, que suman 4 de los 7 miembros de este órgano. Los ediles de PSOE y CACeresTú (Podemos), que tienen tres, no lo apoyaron. El nuevo contrato dobla las plazas, de 850 se pasa a 2.070, crea una nueva zona, que se denomina amarilla, para residentes y la empresa tendrá que aportar una grúa y un vehículo que permita la detección de infracciones, las imágenes que capture este coche se remitirán al centro de control de la jefatura de la Policía Local para que se tramite la sanción (este vehículo tendrá que contar con un sistema automático de sanciones para coches mal estacionados en el área de la zona azul y amarilla y en vías anexas por estar en doble fila, en el carril bus, en carga y descarga o en las plazas de discapacitados).

GRUPOS POLÍTICOS / El dictamen de la comisión se llevará para su aprobación al pleno que la corporación celebra el jueves. Todos los cambios que se proponen en el nuevo contrato no estarían operativos hasta el segundo trimestre de 2017 (hay que convocar el concurso, recibir ofertas, adjudicarlo y ponerlo en marcha).

Desde el gobierno se defendieron ayer las modificaciones en la zona azul y su ampliación «para conseguir una mayor rotación en el uso de las plazas y mejorar el aparcamiento a residentes y visitantes», argumento que expuso su portavoz, Rafael Mateos, cuando se presentaron los cambios.

«Se ha ejercido una oposición responsable, aun sabiendo que es una medida poco popular y que genera rechazo», apuntó el concejal de Ciudadanos, Antonio Ibarra, sobre la posición de su grupo. Recordó que votan a favor tras aceptar el gobierno la propuesta de C’s de excluir barrios y calles del proyecto inicial y de reducir de 5 a 3 euros el precio al mes a pagar por los residentes.

El portavoz socialista, Luis Salaya, explicó ayer que su grupo se opone al nuevo contrato de la zona azul y a la modificación del que se tiene con Subus para el autobús, que incluye la subida de la tarifa para financiar los cambios, porque «incrementan el castigo económico a las familias cacereñas que se encuentran en peor situación». Criticó que el nuevo contrato sea por 10 años, ya que en este periodo se hipoteca a la ciudad con un modelo de zona azul, con más plazas, «que no sabemos si va a funcionar o no».