El futuro hotel de la plaza Mayor ya tiene nombre y hasta registro en internet. Se llamará hotel Bujaco. Paso a paso va haciéndose así realidad el proyecto hotelero de la Fundación Fernando Valhondo Calaff en la esquina de la plaza con la calle General Ezponda.

Adjudicadas las obras a la empresa Antaño, visado ya el proyecto de rehabilitación del edificio, que firma el arquitecto cacereño Eleuterio Sánchez Vaca, y elegida también la persona que se encargará de su gestión, será el empresario local Jesús Bravo, hasta ahora uno de los responsables de la cadena El Puchero, ya sólo falta que el ayuntamiento dé su permiso para que los albañiles se pongan manos a la obra.

La que fuera casa de la adinerada familia Valhondo Calaff, y sede del Movimiento durante el franquismo, se convertirá muy pronto en un hotel de tres estrellas, el primero de la plaza Mayor, aunque la entrada principal a la recepción esté por General Ezponda como está en la actualidad.

Y es que el arquitecto no ha querido hacer grandes modificaciones para diseñar la adecuación como hotel del inmueble de finales del siglo XIX. "No se harán cambios impactantes", reconoce Eleuterio Sánchez Vaca, autor, entre otros trabajos, de las rehabilitaciones del edificio municipal de Publio Hurtado o la sede del colegio de notarios.

Elementos singulares

La intervención será por lo tanto muy conservadora, al menos en lo que más se ve, como la fachada, que mantendrá su color blanco aunque con falsos sillares en color azúcar moreno en la planta baja y un zócalo de granito. Además, se resaltará el adorno en forma de plumero sobre las ventanas. El edificio tiene por ley una protección ambiental y singular, lo que significa que no se pueden aumentar tampoco volúmenes o modificar los huecos.

De puertas para adentro, será otra cosa. Aunque se mantendrán muchos elementos singulares, como la escalinata de mármol, suelos hidráulicos, bóvedas, barandillas, techos de madera e incluso se recuperarán pinturas art nouveau de algunas de sus paredes, el contraste en el interior será mayor. "La distribución y la estructura se mantienen prácticamente como están --explica Sánchez Vacas--, pero adaptándolo al nuevo uso de hotel y aunando el contrate de lo antiguo con un diseño moderno".

En los 1.849 metros cuadrados de superficie que tendrá --al edificio del número 1 de General Ezponda se unirán dos plantas de otro inmueble anexo por la calle de la Cruz, también propiedad de la fundación--, se distribuirán 38 habitaciones con baño, 36 dobles y dos individuales. Seis serán abuhardilladas, ocuparán la planta bajo cubierta, y una adaptada a minusválidos. También, contará con cafetería-restaurante, con acceso directo por la plaza Mayor y dos ascensores.

Sobre la repercusión del proyecto, el arquitecto lo tiene claro: "Es la pieza que viene a completar la ordenación de la plaza y es algo que pedía la zona porque contribuirá a recuperar un entorno deprimido como la calle General Ezponda". El paso está dado.