La casa de los Moraga estará lista a finales de este mes como sede del nuevo Centro Provincial de Artesanía de la Diputación de Cáceres. Situada en la plaza de Santa María, las obras de rehabilitación en esta antigua casona del siglo XVI se han prolongado durante casi dos años --comenzaron en marzo del 2006-- con una inversión total de un millón de euros (el 70% de fondos europeos y el 30% de la diputación).

A falta de los últimos retoques y completar el mobiliario, la transformación interior del edificio acometida por la empresa Abreu destaca por la recuperación integral de algo de más de 500 metros cuadrados del edificio, con distintos colores para diferenciar cada estancia y el descubrimiento de elementos clásicos como bóvedas o canterías, además del mantenimiento de solados antiguos. La financiación de los muebles, elegidos por los propios artesanos, ha sido costeada por la Junta y la institución provincial.

Adquirido por la diputación a Cáritas, el presidente provincial Juan Andrés Tovar avanzó a este diario el ambicioso plan para hacer de la casa de los Moraga un referente de la artesanía extremeña: "Queremos que sea un lugar para la venta, exposición, trabajo y formación de los profesionales del sector".

Con este objetivo, está previsto que las instalaciones sirvan para que los futuros visitantes disfruten de exhibiciones en vivo de artesanos, que dispondrán de un aula formativa "que funcionará de forma permanente", subrayó Tovar. La diputación tiene previsto firmar un convenio para la gestión de este centro con la Asociación Extremeña Para la Promoción de la Artesanía, encargada también de la sala de que mantiene abierta la institución provincial en San Antón.

ATRACTIVO TURISTICO La intervención en la antigua casona de la ciudad monumental se ha adaptado al Plan Especial de Protección y Revitalización del Patrimonio Arquitectónico, norma que regula las intervenciones en el casco histórico, y pretende ser "un polo de atracción turístico", indicó Tovar, partidario de "hacer atractivo el edificio al uso que se le va a dar".

En este sentido, destacó que la apertura debe servir, "además de para recuperar un edificio que estaba en un estado lamentable, para promocionar un sector económico que además de darle vida a la artesanía se lo da al turismo". Con este objetivo, el proyecto diseñado inicialmente por el arquitecto Angel Pizarro y encargado posteriormente a Angel González contempla una distribución diferente en cada una de las tres plantas. En la baja estarán las salas de exposiciones y las oficinas, mientras que la primera se dedicará exclusivamente a talleres y otras actividades. En la bajocubierta habrá una sala multiusos para 70 personas. También se ha instalado un ascensor panorámico en el patio. Las instalaciones han sido adaptadas para discapacitados.

Asimismo, el proyecto ha respetado los volúmenes originales del edificio y en la reforma se han utilizado materiales con mortero de cal, granito y madera, junto a los colores de gran viveza para cada espacio.